El presidente Joe Biden aplaudió este lunes el sacrificio de generaciones de soldados estadounidenses que perdieron la vida luchando por su país durante la celebración del Día de los Caídos en Guerras, con la tradicional visita al Cementerio Nacional de Arlington para dejar flores.
Biden estuvo acompañado de la primera dama, Jill Biden, la vicepresidenta Kamala Harris, y el esposo de Harris, Douglas Emhoff, para la celebración del 155ta Ceremonia Nacional por el Día de los Caídos en Guerras. Estuvo unos minutos contemplando la corona de flores, adornada con un moño de color rojo, blanco y azul, y posteriormente bajó la cabeza y comenzó a orar.
“Todos los años, como nación nos comprometemos a este derecho a la remembranza”, dijo Biden en su discurso desde el Anfiteatro Nacional. “Nunca debemos olvidar el precio que se pagó por proteger nuestra democracia. Nunca debemos olvidar las vidas que estas banderas, flores y mármol representan”.
“Todos los años recordamos”, añadió. “Y nunca se vuelve más fácil”.
Este Memorial Day llega un día después de que Biden y el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, llegaron a un acuerdo final en un pacto que elevaría el límite de deuda del país y que ahora espera a su aprobación en el Congreso.
Tal como está, el acuerdo mantendría prácticamente sin cambios los gastos no relacionados con defensa durante el ejercicio fiscal 2024 y un incremento del 1% para el próximo año. La medida permitiría un aumento del 3% en el gasto de defensa para el año fiscal 2024 hasta 886.000 millones de dólares, y luego otro incremento del 1% para el ejercicio fiscal 2025, hasta 895.000 millones.
Biden se enorgullece de que su gobierno demócrata esté al frente en una época de relativa paz para las fuerzas armadas estadounidenses después de dos décadas de guerra en Afganistán e Irak.
Han pasado casi 21 meses desde que Biden puso fin a la guerra más larga en la historia de Estados Unidos con el retiro de Afganistán, cumpliendo su promesa de campaña de terminar una “guerra eterna” de 20 años que costó la vida de más de 2.400 soldados estadounidenses.
Sin embargo, la guerra en Afganistán llegó a su fin de forma caótica y con pérdida de vidas en agosto de 2021, durante el gobierno de Biden, el cual recibió críticas por el manejo de la evacuación de alrededor de 120.000 ciudadanos estadounidenses y afganos, entre otros, por su mal planeación y ejecución.
El gobierno de Biden difundió el mes pasado una revisión de los últimos días del conflicto, en la que responsabiliza en buena medida a su predecesor republicano, el presidente Donald Trump, y asegura que Biden estaba “sumamente restringido” por las decisiones de Trump.
Estados Unidos se encuentra actualmente al frente de una coalición de aliados que destinan miles de millones de dólares en ayuda militar y económica a Ucrania mientras intenta repeler la invasión rusa, la cual no parece tener un final a la vista.
Aunque ha dejado en claro que no tiene deseo de que los soldados estadounidenses ingresen al conflicto, Biden ha mantenido que considera el intento de Rusia de apoderarse de nuevos territorios como una afrenta a las normas internacionales y ha prometido ayudar a ganar a Kiev, enviando baterías de artillería, tanques y drones, y recientemente accediendo a permitir que los aliados adiestren a las fuerzas armadas ucranianas en el uso de aviones de combate F-16 de fabricación estadounidenses.
Antes de la ceremonia del lunes en el cementerio de Arlington, Virginia, los Biden recibieron en un desayuno en la Casa Blanca a integrantes de organizaciones para veteranos, grupos para miembros del servicio militar y familiares de militares, familiares de soldados estadounidenses que han muerto durante conflictos, altos mandos del Departamento de Defensa y otros funcionarios del gobierno.
El presidente y la primera dama tenían programado regresar más tarde el lunes a su residencia cerca de Wilmington, Delaware y pasar ahí el resto del feriado.