El Tribunal Supremo de Brasil ha concluido este jueves el juicio contra el expresidente Fernando Collor de Mello, a quien ha condenado por delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero entre 2010 y 2014 durante su etapa como senador.
Los magistrados, no obstante, aún tienen que definir la duración de la sentencia y las condiciones de cumplimiento, que se votará el próximo miércoles. El jurista Edson Fachin ha pedido 33 años de prisión, mientras que la Procuraduría General de la República (PGR), al presentar la denuncia, sugirió una pena de 22 años y ocho meses de cárcel.
El equipo legal de Collor, durante le juicio, ha pedido la absolución del acusado, alegando que las acusaciones de la Procuraduría se basan en testimonios de terceros y no ha presentado ninguna prueba que incrimine al exsenador. La semana pasada, el abogado de Collor, Marcelo Bessa, afirmó que “los hechos señalados no ocurrieron como se indica en la denuncia”. La defensa, además, todavía puede interponer recursos ante el Supremo.
El expresidente y exsenador está acusado de sobornos de un esquema de corrupción en BR Distribuidora, filial de Petrobras. Según el juez Fachin, las pruebas demuestran que, de 2010 a 2014, Collor influyó en los mandos directorios de la compañía, lo que llevó a la firma de contratos entre la estatal y la constructora UTC. La Fiscalía sostiene que el acusado, a cambio, recibió 20 millones de reales brasileños (3,7 millones de euros).
El magistrado ha indicado que se agudiza la culpabilidad del imputado, “pues la pertenencia a un grupo delictivo organizado por parte de quien suele ser titular de la confianza popular para el ejercicio del poder conlleva un juicio de desaprobación mucho más intenso de lo que correspondería en el caso de un ciudadano común”.