https://youtu.be/Mi65N3UAUTk
La imagen es preocupante: la canciller de Alemania, Angela Merkel, está escuchando el himno de su país durante un acto oficial acompañada a su derecha por el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy.
Entonces, comienza a temblar, aprieta las manos y los labios y trata de mantener la postura mientras su cuerpo se mueve de pies a cabeza.
Tiempo después, ya visiblemente recuperada y durante una conferencia de prensa junto a Zelenskiy, Merkel aseguró que su temblor se debió a la falta de agua en medio de una tarde calurosa y que ya había bebido tres vasos. “Algo que manifiestamente me faltaba, y ahora me siento muy bien”, expresó.
La escena produjo dudas sobre la salud de la canciller que cumplirá 65 años el mes próximo y ya anunció su retiro de la política al finalizar su actual mandato en 2021.
Pero no es la primera vez que sufre estos temblores atribuidos a la falta de agua, ni que explotan las especulaciones, especialmente por los elevados niveles de estrés que se le atribuyen a la referente de la Unión Demócrata Cristiana (UCD) tras casi 14 años ininterrumpidos de gobierno sobre la primera potencia económica europea.
En 2015, y durante una presentación de la ópera “Tristán e Isolda” en el Festival Wagner de Bayreuth, Merkel se cayó de su silla en el entreacto y medios locales hablaron de un posible mareo o desvanecimiento.
Incluso el tabloide Bild aseguró que había perdido el conocimiento durante dos minutos, generando una gran preocupación en toda Eutropa.
Un día después, sin embargo, el mismo medio publicó una rectificación en base a información oficial, explicando que la canciller no se había mareado sino que la silla se había roto al momento de sentarse, provocando la caída.
Pero las dudas continuaron, especialmente porque muchos recordaban un episodio de 2014 en el que Merkel sufrió una descompensación en medio de una entrevista con la cadena ZDF. En esa ocasión la canciller también aseguró que el problema había sido la deshidratación y, tras una pausa para beber agua, prosiguió con el diálogo.
La agencia de prensa alemana, DPA, indicó también que la canciller ha tenido problemas con la falta de agua y el calor extremo en otras ocasiones, aunque no se habían reportado temblores como los que experimentó este martes.
Lo cierto es que más allá de estos episodios recurrentes, se conoce poco del estado de salud de Merkel y el gobierno alemán no suele ofrecer información al respecto, lo que alimenta las especulaciones.
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