A propósito de la muerte 34 niños en el hospital Materno San Lorenzo de Los Mina, caso revelado en un reportaje realizado por N Investigación Periodística el pasado sábado, son varios los casos sonoros en los que niños recién nacidos perdieron la vida en distintas maternidades del país.
El 11 de octubre del año 2014 el expresidente Danilo Medina destituyó al entonces ministro de Salud Pública, Freddy Hidalgo, en medio de un escándalo por la muerte once recién nacidos en solo tres días en el hospital Robert Reid Cabral.
Un informe elaborado por una comisión especial designada por el entonces mandatario para conocer los pormenores del caso, determinó que hubo negligencia en los servicios y la gerencia del centro.
El documento señaló que cuatro de los once decesos se produjeron por “deficiencia en la calidad de la atención medica” y en otros dos el motivo fue “dificultades en el sistema central de oxígeno”.
Hubo otra de las muertes que se debió, según las autoridades, a que no hubo una atención oportuna en el manejo del padecimiento de la víctima.
“No se procedió oportunamente con el diagnóstico y manejo desde su primer ingreso en centros privados hasta su último ingreso al Robert Reid”, establece el informe.
De igual manera, luego de evaluar cada uno de los casos, los comisionados concluyeron que cuatro niños murieron a consecuencia de “infección nosocomial, es decir agentes microbianos adquiridos en el hospital. Las otras dos se produjeron por causas naturales.
En sustitución de Hidalgo, el jefe de Estado designó en el cargo a la doctora Altagracia Guzmán Marcelino, quien hasta el momento se desempeñaba como directora del Seguro Nacional de Salud (Senasa). Vale resaltar que esta también formó parte de la comisión que investigó lo ocurrido en el materno infantil junto al destituido ministro.
En junio del 2017, el doctor Waldo Ariel Suero, entonces presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), denunció la muerte de catorce niños en el hospital materno Infantil Nuestra Señora de La Altagracia, atribuyendo el hecho a las malas condiciones en la que se encontraba el centro.
Suero leyó un comunicado en el que indicaba que “son niños que no debieron morir, que pudieron salvarse en su gran mayoría de haber existido las condiciones mínimas para la atención pero, por la falta de recursos de este hospital, siguen falleciendo cada día”.
En esa ocasión las autoridades del hospital atribuyeron las muertes a supuestas “situaciones mórbidas extremas” de los pacientes.
En abril del año 2018 en el hospital regional universitario Jaime Mota de Barahona se anunció la muerte de siete infantes.
Luego de una inspección en el citado centro hospitalario, el Ministerio de Salud y el Servicio Nacional de Salud informaron que en los casos producidos entre el 23 y 27 de abril hubo negligencia por parte de los recursos humanos de ese centro de salud.
De siete muertes cinco fueron por ruptura temprana de membrana, prematuridad y bajo peso, según informó el doctor Juan Carlos de Jesús, director de Salud Materno Infantil. Los dos niños restantes murieron por causas ajenas al centro de salud dijo el doctor.
Setiembre y Octubre de ese mismo año fueron dos meses fatídicos en cuanto a las estadísticas de este centro, pues entre sus días murieron en ese centro 17 bebés.
Para ese entonces se dijo que los niños iniciaron a morir desde el 2 de septiembre y que al cierre de este mes hubo un total de 10 fallecimientos. En octubre se registraron 7.
Las informaciones en torno a este caso fueron muy escuetas.