Por: Joel Suriel.- A propósito de que el presidente Luis Abinader propuso un pacto nacional en defensa de la soberanía nacional frente Haití, una escalada agresiva en las presiones de países y organismos internacionales, llovieron sobre el Gobierno dominicano y el país en general, por el tema de nunca acabar, la migración haitiana ilegal.
El último año estuvo marcado por la comunidad internacional ejercer presión de todo tipo contra República Dominicana por el tema haitiano, mientras ignoraba los constantes pedidos del presidente Abinader para que se le busque una solución definitiva a la crisis política, económica, social y electoral que afecta a Haití desde hace varios años.
Desde llamados del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) para que cesen las supuestas deportaciones masivas de niños haitianos hacia su país, hasta una sanción de Estados Unidos a una de las empresas más emblemáticas del Este, por supuesto maltrato laboral de haitianos, son algunas de las presiones a la que se sometió el país en los últimos 12 meses.
El gobierno dominicano, incluido el presidente Abinader, se ha visto en la necesidad de responder con sendos comunicados, en la dirección de respeto a los derechos humanos de los inmigrantes ilegales, al tiempo de advertir que las deportaciones se incrementarán.
El alto comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Volker Türk, pidió las autoridades dominicanas detener las deportaciones de haitianos a su país de origen.
Türk recordó que la violencia armada y las violaciones de los derechos humanos en Haití no permiten el retorno seguro, digno y sostenible de los haitianos a su país. Estas declaraciones merecieron una dura respuesta.
A esto se suma el comunicado enviado por la Embajada de los Estados Unidos en la República Dominicana, en noviembre del 2022, dando cuenta de que ciudadanos estadounidenses de color, han sido discriminados por parte de la Dirección General de Migración.
También el reportaje de la cadena estadounidense CNN, en el que cita a los Fondos de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Infancia (Unicef), asegura que la República Dominicana ha deportado cientos de niños haitianos sin el acompañamiento de los padres.
LLAMADOS DE ABINADER A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL POR HAITÍ.
En varios escenarios internacionales, donde países de la región se reúnen para discutir diversos temas, el presidente Abinader ha sido constante en los pedidos a la comunidad internacional para que busquen una solución en corto, mediano y largo plazo a la crisis haitiana.
Estos pedidos por parte de Abinader parecen no haber sido escuchados por los distintos organismos internacionales, lo que se evidencia en la crítica del canciller dominicano, Roberto Álvarez, el mes pasado a la inacción de la comunidad internacional ante la crisis haitiana.
El año pasado, la comunidad internacional amagó con dar apoyo a una eventual intervención militar en Haití, pedido por sus propias autoridades, pero hasta el momento, no se han dado las condiciones para que los países intervengan en la nación caribeña.
En la más reciente oportunidad, Abinader dio un discurso ante la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en el que hizo especial hincapié en la difícil situación de Haití que “no deja de agravarse cada día”, por lo que destacó la importancia de responder al llamamiento del vecino país para conformar “una fuerza militar robusta” que permita a la Policía Nacional confrontar en mejores condiciones a las bandas armadas que controlan gran parte del territorio de Puerto Príncipe.
El mandatario ha solicitado apoyo a países de mayor poderío económico a dar la mano al vecino país que atraviesa serias debilidades institucionales, económicas y sociales que no le dejan salir a flote.
Entre los escenarios más importantes donde Abinader ha clamado por la intervención internacional en Haití están sus participaciones en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en la Organización de los Estados Americanos (OEA).
También, en la Novena Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles, que se celebró en California, Abinader instó a los países de la región a poner énfasis en la crisis haitiana.
En diciembre del 2021 se pronunció junto a los presidentes de Panamá, Laurentino Cortizo Cohén, y Carlos Alvarado Quesada, de Costa Rica, en la III Reunión de la Alianza por el Desarrollo en Democracia durante la firma de una declaración conjunta en la que solicitaban a grandes naciones a
Durante su participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en septiembre del año 2021, dijo que no hay ni habrá una solución a la crisis de Haití por parte de la República Dominicana.
En tanto que en su participación en la XXV Reunión Extraordinaria del Foro de presidentes y presidentas de Poderes Legislativos de Centroamérica y el Caribe (Foprel), el mandatario pidió que se extienda una estrategia de gestión migratoria colaborativa al pueblo de Haití por la crisis política, social y económica con el fin de lograr un desarrollo planificado que detenga las situaciones trágicas de falta de seguridad, educación y salud que vive.
En estos escenarios, un común denominador es que Abinader ha indicado que la crisis económica, política y de seguridad que afecta a Haití representa una amenaza para la seguridad nacional de la República Dominicana.
Ha dicho que la crisis multidimensional de Haití no solo representa una amenaza para la estabilidad y seguridad de la República Dominicana, sino a todos los países de la región.
El mandatario dominicano también ha hecho referencia al peligro que representa que las bandas criminales que operan en el vecino país, intenten cruzar la frontera con la República Dominicana y traten de alterar el orden en la nación caribeña.
Abinader dijo que es un peligro que un Estado como Haití, no tenga control y monopolio de la fuerza en su territorio, lo que ha posibilitado que las bandas armadas penetren en las ciudades haitianas.
Haití está sumido en una profunda crisis social, económica, política y de violencia, agravada tras el asesinato en julio del año pasado del presidente Jovenel Moïse.
En Haití, 4,9 millones de habitantes, lo que representa el 43 % de la población, requieren de ayuda humanitaria.