Por: Joel Suriel. – El próximo 27 de febrero, en menos de un mes, se cumplirán dos años desde que el presidente de la República, Luis Abinader, prometió y sometió al Congreso Nacional una modificación a la Ley de Hidrocarburos, sin que hasta el momento se haya aprobado ni se tenga conocimientos de en qué pie está parada.
Esta iniciativa ni siquiera es prioridad en el Congreso Nacional, que actualmente tiene su mirada puesta en la Ley de Fideicomisos Públicos y la modificación a la Ley de Régimen Electoral, iniciativas que han acaparado la opinión pública en los últimos meses.
El estancamiento de esta ley se da en momentos en que el Gobierno de Abinader se ha visto en la necesidad de subsidiar miles de millones de pesos a los combustibles debido a los altos precios del petróleo por la guerra entre Rusia y Ucrania, lo que ha mantenido el precio de la mayoría de los combustibles congelados en la República Dominicana desde marzo del 2022.
El año pasado, el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes, dijo que habían 12 mesas de trabajo establecidas para tratar los cambios de la legislación, pero se conocen pocos detalles sobre los avances en la modificación de la pieza, que cumple 23 años en vigencia en este 2023.
El 27 de febrero del año 2021, el presidente Abinader prometió, en su discurso de rendición de cuentas, que presentaría en los días siguientes un proyecto para reformar la Ley de Hidrocarburos 112–00.
Según dijo Abinader en aquel entonces, esa modificación tiene el objetivo de revisar la estructura de costos y todo lo relacionado a la fijación actual de los precios de combustibles.
Queda poco más de un mes para que el presidente Abinader se vuelva a presentar en la Asamblea Nacional del Poder Legislativo para rendir cuentas al país, y por lo que se espera presentará pocos resultados en cuanto a la modificación de la Ley de Hidrocarburos.
Según el Ministerio de Industria, el Gobierno puso en marcha un plan de subsidios extraordinarios que ascendió a más de RD$34.600 millones el año pasado, lo que permitió “aliviar” la economía, frenando la inflación y evitando alzas históricas en los precios de los combustibles.
