Las autoridades de Panamá enviaron este martes 55,7 toneladas de cocaína a Estados Unidos para su incineración, informó el ministro de Seguridad Pública, Juan Pino.
Se trata del segundo cargamento del alcaloide que se destruye en Estados Unidos, como parte de un proyecto que busca evitar la quema de drogas en Panamá, donde se hace a cielo abierto con los consecuentes daños ambientales, explicó Pino.
En agosto de 2022 un primer cargamento de cocaína, de 42,1 toneladas, fue llevado a Estados Unidos para destrucción.
Entonces como ahora, explicó el ministro de Seguridad Pública, la sustancia ilícita será destruida en un incinerador en Filadelfia, lo que será atestiguado por un equipo interinstitucional que incluye a seis funcionarios panameños.
“Quiero agradecer a la Embajada de Estados Unidos que de forma gratuita nos hace la transportación de esta droga cocaína”, tal como también ocurrió en agosto pasado, declaró el alto funcionario.
Pino añadió que una de las prioridades de su despacho este 2023 será dotar al país centroamericano de un incinerador adecuado para la destrucción de drogas.
Panamá incautó en 2022 un total de 128,6 toneladas de sustancias ilícitas, según informó el pasado 2 de enero el presidente panameño, Laurentino Cortizo, durante un informe de gestión de medio año ante el Parlamento.
En 2021, el país centroamericano decomisó 128,7 toneladas de narcóticos, la cantidad más alta reportada por las autoridades, como informó el propio presidente ante el Parlamento en enero de 2022.
En las operaciones antidroga de 2022 se capturaron a unas 600 personas por su presunta vinculación con los alijos, de las cuales 402 eran ciudadanos panameños y el resto extranjeros, de acuerdo con los datos del Ministerio de Seguridad Pública (Minseg).
Panamá es utilizado como puente de la droga que se produce en Suramérica y que tiene como destino principal EE.UU., el mayor consumidor de cocaína del mundo, y también Europa.
EFE