El diablo surgió este martes como un nuevo problema para los dos candidatos a la Presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro, en momentos en los que el tema religioso ha ganado peso en la campaña electoral.
El expresidente Lula, candidato más votado el pasado domingo en la primera vuelta de las elecciones, se vio obligado a desmentir noticias falsas que lo acusan de tener “un pacto con el diablo” y a reiterar que es cristiano y cree en Dios.
“Lula no tiene pacto ni jamás conversó con el diablo”, afirma un mensaje publicado en las redes sociales del líder progresista después de que se difundieran noticias falsas en ese sentido, promovidas por grupos favorables a Bolsonaro.
La religión ha entrado en la campaña principalmente debido a Bolsonaro, quien ha construido una fuerte base de apoyo entre los evangélicos, que constituyen cerca de un 30 % del electorado, gracias a un discurso centrado en la defensa de los valores cristianos y conservadores.
El líder de la ultraderecha también ha acusado varias veces a Lula de pretender clausurar iglesias si recupera el poder, algo que ha sido desmentido en reiteradas ocasiones por parte del expresidente.
LULA RECIBE A FRAILES FRANCISCANOS
Más tarde, Lula hizo un nuevo gesto a los religiosos al recibir en el cuartel general de su campaña a un grupo de padres franciscanos este martes, día de San Francisco de Asís.
Después de recibir la bendición de los frailes, el líder progresista recalcó que no le gusta hacer política con la religión, porque entiende que “la fe es una cosa muy sagrada».
Asimismo, elogió al papa Francisco, del que dijo que tiene “un coraje ejemplar” por pronunciarse sobre “todos los asuntos”, desde la etapa que el exgobernante pasó en prisión hasta la guerra en Ucrania.
«Él no tiene miedo de defender a las personas”, indicó Lula sobre el sumo pontífice. EFE