Este sábado 24 de septiembre se celebra el Día de las Mercedes, en conmemoración a Nuestra Señora de las Mercedes, patrona espiritual de los dominicanos, por lo que es día de fiesta en la nación caribeña.
La Virgen de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes es una advocación mariana venerada por los católicos de la Bienaventurada Virgen María. Es equivalente también el nombre de Virgen de la Misericordia. Su fiesta se celebra el día 24 de septiembre.
Esta advocación tiene su inicio el 1 de agosto de 1218, cuando la Virgen María en su advocación de Virgen de la Merced se apareció por separado a tres ilustres personajes: a San Pedro Nolasco, quien sería el fundador de la Orden de la Merced; al Rey Jaime I de Aragón, conocido como «El Conquistador», y reinante en aquel momento en la Corona de Aragón; y a San Raimundo de Peñafort, fraile dominico, maestro general de su orden de predicadores, y confesor del primero.
Considerada desde 1844 la “Patrona de la República Dominicana”, Nuestra Señora de las Mercedes o la Virgen de la Merced es la madre espiritual de miles de dominicanos que profesan la fe católica, donde cada 24 de septiembre, en el país se celebra el día de las Mercedes, quien es la santa más antigua tras poseer el titulo mariano la Merced que se remonta a la fundación de la orden religiosa de los mercedarios el 10 de agosto de 1218 en Barcelona, España.
Hoy tantos años la veneración de la Santa Virgen se ha convertido en una tradición de los dominicanos y dominicanas, donde sus feligreses la adoran y la veneran de diferentes maneras, siendo el Santo Cerro, primer santuario mariano de América, La Vega, el lugar más concurrido por los católicos, aquí llegan creyentes de diferentes parte del país y el Mundo a cumplir promesas y a solicitar favores, especialmente para la salud.
En algunas ciudades del país como Cabrera, Constanza, Hato Mayor, Imbert (Bajabonico), Pimentel y Sabana Grande de Palenque, la Virgen de Las Mercedes es su patrona espiritual y cada año celebran fiestas patronales en conmemoración.
Tradicionalmente los dominicanos devotos acuden en peregrinación hacia el santuario de la Virgen hasta llegar al Santo Cerro, ubicado en la provincia La Vega, con la esperanza de obtener algún beneficio y de ofrecer votos y promesas a la Virgen. Luego de la procesión, los devotos participan de las eucaristías que se realizan.