La defensa de la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández, apeló a la “intromisión” del poder político y al rol de la prensa y puso en duda la “imparcialidad” de los tribunales en su alegato en el juicio que la sienta en el banquillo por presunta corrupción cuando era mandataria (2007-2015).
“Después de casi tres años de audiencia donde se recogieron múltiples, múltiples evidencias, quedó demostrado que lo que se decía en 2016 e incluso antes carecía de verosimilitud y que las pruebas que se recogen” en el juicio “destruyen cualquier tipo de acusación, por supuesto falsa y sin fundamentos”, alegó este lunes Carlos Beraldi, uno de los abogados de la vicepresidenta.
“Pese a ello, durante nueve jornadas escuchamos un alegato en donde, olvidándose todo lo que se había sustanciado en este juicio”, formuló “las mismas acusaciones que se habían formulado desde 2008 y 2016”, señaló Beraldi, respecto del alegato de la Fiscalía.
La Fiscalía culminó su alegato el pasado 22 de agosto con una petición de condena de 12 años de prisión para Cristina Fernández y su inhabilitación para ocupar cargos públicos por los delitos de asociación ilícita y administración fraudulenta en sus dos períodos como mandataria.
Beraldi indicó que se escucharon “cosas insólitas” que los medios de comunicación reportaron en el sentido de que la prueba de la Fiscalía era “contundente” y se le adjudica un peso de 3 toneladas: “Nunca había escuchado semejante disparate”.
MEDIOS Y ATAQUE
La vicepresidenta Fernández había anticipado este domingo el inicio de su defensa técnica pidiendo a sus seguidores en su cuenta de Twitter que escucharan “atentamente cómo desnuda la farsa guionada de los fiscales (Diego) Luciani y (Sergio) Mola” y se preguntó, irónicamente, si iban a transmitirlo los diarios Clarín y La Nación.
La exmandataria adelantó una defensa al emitir un discurso el 23 de agosto pasado, mediante sus redes sociales, en el que aseveró que este proceso oral, iniciado en mayo de 2019, es “un juicio al peronismo y a los gobiernos nacionales y populares”.
Fernández culpó a los fiscales de adoptar el “guion” de los medios de comunicación afines a la actual oposición política, afirmó que la sentencia “ya estaba escrita” en su contra y volvió a denunciar un “lawfare” (persecución judicial).
El alegato técnico de la defensa de la vicepresidenta se desarrolla en medio del impacto que generó el atentado que la ex jefa de Estado sufrió el 1 de septiembre pasado, del que salió ilesa y por el que dos personas están procesadas y otras dos detenidas.
El ataque tuvo lugar en los alrededores de la casa de la vicepresidenta, en el barrio capitalino de Recoleta, durante una de las manifestaciones que sus seguidores llevaban adelante desde que el fiscal pidió la condena contra la exmandataria.
Dirigentes vinculados a Cristina Fernández han vinculado esta causa judicial con el atentado que sufrió la vicepresidenta y la falta de paz social.
“Si perdemos la idea central que tiene un juicio, que es establecer hechos, aplicar responsabilidad y cumplir la función democrática que es restablecer la paz, entonces flaco favor le habremos hecho a nuestro país y también a nosotros mismos”, dijo Beraldi este lunes.
BAJAR LOS BRAZOS
La etapa de alegatos de las defensas, que comenzó el 5 de septiembre pasado, continuó este lunes con el turno de la vicepresidenta e, incluso, ella misma se defenderá el viernes 23.
Fernández es juzgada junto a otros 12 imputados por las presuntas irregularidades en la concesión de 51 obras públicas a firmas del empresario Lázaro Báez, estrecho colaborador del expresidente Néstor Kirchner (2003-2007), en la sureña provincia Santa Cruz, feudo del kirchnerismo.
El abogado de Cristina Fernández indicó este lunes que la decisión fue siempre presentarse en los expedientes para “demostrar con todos los instrumentos legales que existen que los cargos eran falsos” y resaltó que todos sus planteamientos fueron rechazados.
“En esos seis años no bajamos los brazos en ningún momento, aun cuando tuvimos que soportar distintas arbitrariedades insólitas”, al referirse el abogado a que la citaron en un mismo día para presentarse a ocho indagatorias, y a “los agravios que se cometieron en el proceso” que también tuvieron como destinataria a su hija, Florencia Kirchner.