El corgi galés no solo es la raza real por excelencia sino una de las más antiguas del mundo. Expertos dicen que hay registros de corgis en el Reino Unido desde, al menos, el año 920 d. C.
El amor de la monarca británica por los animales nació cuando su padre, Jorge VI, le obsequió su primer corgi al cumplir 18 años, se trató de Susan, una perra que convivió con la reina por más de 15 años.
Desde ese entonces fueron más de 30 generaciones de corgis los que la acompañaron en diferentes actos oficiales y personales.
Los últimos del linaje real canino son Muick y Sandy, que acompañaron a Isabel hasta sus últimos días y que llegaron a Buckingham como un obsequio por parte del príncipe Andrés.
Ahora, tras el fallecimiento de la reina será el mismo príncipe Andrés quien se encargue de ellos.
Durante este lunes, en el funeral de Estado de la reina, los corgi Muick y Sandy también hicieron presencia en el castillo de Windsor para darle el último adiós a la monarca más longeva del Reino Unido.
En fotografías se ve a dos trabajadores del recinto real acompañando a los caninos que salieron a las empedradas calles del palacio para acompañar a la soberana en su último recorrido por la que fue una de sus residencias más queridas.
Los restos de Isabel II reposarán en la Capilla de San Jorge en el marco de una ceremonia privada a la que asistirán solamente los miembros de la familia real.
Esta capilla tiene un significado especial para la monarquía británica, su nombre evoca el reinado de Jorge VI, padre de la reina fallecida el pasado 8 de septiembre.
NTN24