Un amplio dispositivo de efectivos policiales fue colocado en los alrededores de la Junta Central Electoral con la misión de impedirles a integrantes del denominado grupo “Ciudadanos Indignados” montar un campamento en la isleta donde está colocado el monumento a Juan Pablo Duarte.
Agentes policiales exhibían armas de todo calibre, con abundancia en armas largas y formaron todo un cerco en la plazoleta adyacente a la JCE.
Ciudadanos Indignados querían protestar de esta manera a la decisión del tribunal de comicios de aplicar el voto de arrastre entre senadores y diputados en el Distrito Nacional y cinco provincias y el sufragio directo en las 26 provincias restantes.
El vocero de Ciudadanos Indignados, Virgilio Ureña, también reaccionó molesto a nombramientos de parientes cercanos de los miembros de la Junta en el órgano.
Otra de las medidas que el grupo de la sociedad civil deploró es la compra de equipos para el voto automatizado por alrededor de 20 millones de dólares.
Ureña también pidió la renuncia del presidente de la JCE, Julio Cesar Castaños Guzmán y demás miembros titulares de la institución.