A partir de febrero, vivir como una auténtica reina será posible, aunque sea temporalmente. Isabel II alquila una propiedad en Sandringham, una de las residencias reales favoritas de los monarcas británicos.
La casa en alquiler, denominada como Garden House, pertenecía al jardinero jefe de Su Majestad y forma parte de las 10.000 hectáreas que ocupa la finca real en el condado de Norfolk, a unos 160 kilómetros al norte de Londres.
Como la reina suele pasar largas temporadas en Sandringham, esta casita del jardinero solo podrá disfrutarse en la época en la que ella no resida ahí, por motivos evidentes de seguridad.
El lugar está amueblado y decorado con objetos que han pertenecido a la realeza y que han adornado otras residencias de Isabel II. Cuenta con cuatro habitaciones, seis camas y se pueden hospedar un máximo de ocho personas.
Desde 410 euros la noche, todo el que quiera puede reservar su estancia a través de Airbnb con un mínimo de tres noches. Es decir, que quien quiera vivir la experiencia tendrá que invertir, al menos, 1.200 euros.
La página de alquileres vacacionales anuncia la casa del jardinero como un “escondite encantador, propiedad de Su Majestad la reina, ubicado en el corazón de su muy querido refugio de Sandringham y la propiedad inmobiliaria más cercana a Sandringham House”.
A pesar de publicitarse desde hace apenas unas horas, ya casi no quedan fechas disponibles para vivir la experiencia hasta noviembre de 2023. En cuanto a los jardines, Airbnb informa de que son “una pura delicia y brindan un entorno magnífico para la idílica casa”. Además, hay un terreno más informal donde los huéspedes, niños y perros pueden relajarse y estar seguros.
La familia real británica le tiene especial cariño a Sandringham. Les pertenece desde 1862, cuando la reina Victoria adquirió la mansión. La finca ha servido de refugio a cuatro generaciones de monarcas, en ella han desconectado de los escándalos mediáticos que históricamente rodean a la familia. También es donde pasan las vacaciones de Navidad, desde diciembre hasta febrero. Más allá de eso, es un lugar envuelto en melancolía para la reina. Entre sus paredes nació y murió su padre y rey, Jorge VI. El mismo día de su fallecimiento, el 6 de febrero de 1952, Isabel II se convirtió en la nueva monarca de Reino Unido.
Desde entonces, tiene la costumbre de quedarse hasta ese día para conmemorar, en privado, el aniversario del fallecimiento.
Este enero, la reina regresó por primera vez a la finca tras la muerte de su esposo, Felipe de Edimburgo, en abril de 2021, para celebrar su Jubileo de Platino. En este viaje no se hospedó en la casa principal, sino que lo hizo en Wood Farm, propiedad elegida por su esposo para pasar gran parte del tiempo tras retirarse de la vida pública en 2017. Fueron cuatro años en los que convirtió el espacio en una granja orgánica. En su pasado cumpleaños, la monarca decidió pasar el día en esta residencia por el significado que tiene para ella. Hasta entonces siempre había celebrado sus cumpleaños en Windsor, su habitual residencia de los fines de semana, pero es allí donde está enterrado Felipe de Edimburgo.
Esta residencia dentro de la finca de Sandringham no es la primera propiedad que la reina Isabel II pone en alquiler. Hace unos días se conoció que ocho cabañas ubicadas en Balmoral —residencia veraniega de la reina y donde se encuentra ahora—, conocidas como Colt Cottages, también habían sido puestas en alquiler para estancias de una semana. Para los interesados, el precio va desde los 640 euros; o, lo que es lo mismo, algo más de 90 euros al día para una familia. El coste depende del tamaño de la cabaña y de la época en la que se disfrute. La más cara es Rhebreck Lodge, que tiene una calificación de cuatro estrellas y tiene capacidad para seis personas y se puede alquilar por 1.800 euros a la semana.
En este caso, solo se podrá disfrutar de los hospedajes entre el 7 de enero y el 31 de marzo, fechas en las que la reina no reside en Balmoral.
Fuente: El País