La Comisión Europea avisó este viernes de la posible necesidad de volver a introducir en los próximos meses medidas para frenar la propagación de la covid-19, incluidas las mascarillas y los aforos limitados e insistió en la importancia de seguir vacunando para mantener la pandemia bajo control.
El ejecutivo comunitario publicó un informe sobre la manera en que los países de la Unión Europea (UE) deben prepararse para responder al coronavirus con vista al otoño e invierno próximos.
Bruselas alerta de que “los últimos dos años han demostrado que la UE podría enfrentar otra ola de covid”, coincidiendo con la vuelta de la población tras las vacaciones, la reapertura de las escuelas y la bajada de las temperaturas.
También considera probable que “la UE se enfrente a una temporada con una circulación activa de otros virus respiratorios, incluida la gripe”, algo que supone “un desafio para los sistemas nacionales de salud ya sobrecargados”.
Con vistas a esa situación, la Comisión recomienda a los países miembros continuar con las campañas de vacunación, “utilizando las vacunas actualmente disponibles para reducir las hospitalizaciones, la enfermedad grave y las muertes”.
Insiste en que “es importante reforzar el mensaje de que las vacunas covid-19 actuales continúan ofreciendo altos niveles de protección contrra la hospitalización, la enfermedad grave y la muerte”.
El Ejecutivo comunitario señala que, a la vez, los fabricantes están desarrollando vacunas de ARN adaptadas para usarlas como refuerzos contra las variantes de Omicron y que algunas de esas versiones ha sido aprobadas por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y autorizadas en la UE recientemente.
En particular, subraya que “sigue siendo prioritario mejorar la aceptación de la vacuna” y de la primera dosis de refuerzo entre las personas “elegibles”, así como la administración de una dosis adicional (segunda o posteriores) para grupos de población específicos.
Aconseja por ello continuar con las estrategias vigentes de vacunación, utilizando las vacunas disponibles, cubriendo las brechas existentes entre la población y dando prioridad a la administración de una dosis de refuerzo adicional a grupos específicos de población, como los mayores de 60 años, las personas con otras enfermedades o inmunodeprimidas y las mujeres embarazadas.
Bruselas explica que cuando se disponga de vacunas adaptadas a las variantes de coronavirus, es aconsejable “desarrollar programas nacionales de vacunación que describan qué vacunas se deben usar para qué grupos de población”, algo que debería ser debatido además entre los países de la UE para “asegurar la coordinación”.
Aconseja también “identificar qué grupos de población deben ser prioritarios para las vacunas adaptadas, en particular si estas vacunas muestran una mayor eficacia contra las variantes que circulan durante otoño e invierno”.
También pide vigilar la eficacia y la seguridad de las vacunas nuevas y adaptadas a las nuevas variantes del virus una vez comience su “despliegue generalizado”.
Pese a la importancia de las vacunas, la Comisión subraya también la importancia que las “intervenciones no farmacéuticas” tienen a la hora de frenar la pandemia, incluido el uso de mascarillas y la limitación del tamaño de las reuniones de personas.
“Nuestra experiencia con esta pandemia ha demostrado que nuestros esfuerzos deben incluir intervenciones no farmacéuticas para limitar la propagación del virus, proteger a los grupos vulnerables y reducir la presión sobre los sistemas de salud”, dice el documento.
“Si tales intervenciones se aplican antes o al comienzo de una próxima ola, su impacto será mayor. Por lo tanto, es posible que cualquiera de las intervenciones no farmacéuticas deba reintroducirse en los próximos meses”, avisa la Comisión.
EFE