Cuando los estadounidenses Reed Hastings y Marc Randolph fundaron hace 25 años una empresa de alquiler de películas en DVD llamada Netflix, ninguno podía imaginar que esa compañía llegaría a acumular un capital de $36,000 millones por la distribución de contenido audiovisual.
Hastings suele contar una historia que sitúa el origen de la actualmente primera plataforma de ‘streaming’ a nivel mundial en su enfado tras abonar una multa de $30 por devolver tarde la cinta “Apollo 13” en su videoclub de confianza. Aunque la realidad es que antes de que el 28 de agosto de 1997 se fundara Netflix, en la cabeza de Hastings ya venía rondando la idea de abrir un servicio de películas VHS a domicilio.
El auge del DVD, un catálogo inicial de unos mil títulos y la flexibilidad de devolver las películas hasta una semana después, dieron forma a una idea de negocio que fue creciendo en las últimas décadas hasta convertirse en un gigante con más de 11,500 empleados.
Si bien es cierto que las dos características que hicieron especial a Netflix desde su origen fueron la opción de que sus clientes pagaran una suscripción mensual de $20 para quedarse con los DVD durante semanas y la posibilidad de llevarse sagas o temporadas de series al completo para verlas de seguido.
“No eran los únicos que ofrecían estos servicios en aquella época, pero consiguieron liderar el mercado”.
Cine
—Plataforma
En 2002 la empresa comenzó a cotizar en bolsa con valor de un dólar por acción y, un lustro después, el inicio del formato de ‘streaming’ propició que sus activos se disparasen. Para el año 2010, la compañía tenía más de doce millones de suscriptores.