Según datos publicados por el Observatorio de Seguridad Ciudadana, en el 2021, 670 personas se suicidaron, el 87% corresponde a hombres y el 13% a mujeres. El dato refleja un incremento de 76 casos en relación al año 2020.
En el primer trimestre 2022 se reportaron 142 casos, 122 hombres y 20 mujeres. Tomando en consideración las estadísticas se refleja un pronóstico de aumento de casos para el 2022.
Desde el proyecto de Masculinidad Positiva vemos con preocupación estos datos que no son tomados en cuenta por los observatorios de género, tampoco al parecer son parte del interés para inversión en políticas públicas de cuidado a la salud mental, lo cual nos llega a la interrogante ¿será debido a que la mayoría son hombres?
“Es hora de apuntar a políticas públicas de cuidado a la salud mental a nivel preventivo, las estadísticas muestran a la población masculina como el grupo de riesgo más alto, por lo cual, es hora de apuntar el trabajo en dicha población”, sugiere.
Factores que pudieran incidir en altos porcentajes de suicidios en hombres.
El hombre suele usar métodos más contundentes como el ahorcamiento, lanzamiento al vacío o arma de fuego.
El hombre es limitado en su expresión emocional desde pequeño, modelo de crianza que no le permite expresar sus emociones.
Se resisten a buscar ayuda profesional, según datos estadísticos de varios centros de salud mental solo 2 de cada 10 personas que asisten son hombres.
El hombre es ducado para ser violento hasta consigo mismo, un imaginario – Un hombre debe matarse como hombre.
Desde pequeño a los hombres los mal educan para no mostrar sus emociones de miedo y tristeza, esto bajo el argumento de que los hombres son y deben ser “fuertes”, este modelo de crianza lleva al hombre a ser poco empáticos y no saber manejar sus estados emocionales en la adultez.
Hombres, hora de trabajar en nuestra psicoeducación, hablar cuando nos sentimos tristes o temerosos de algo, eso no nos hace menos hombre, solo muestra nuestro lado humano y nos liberamos de esa presión que sentimos de impotencia al no poder externalizar lo que sentimos, buscar ayuda profesional en los momentos en que no encontramos salida ante una situación dada.