Un nuevo incendio cerca del parque estadounidense de Yosemite, tras el declarado a principios de mes, ha afectado a unas 1.700 hectáreas y obligado a evacuar a parte de la población del condado de Mariposa.
El fuego, cuyo origen se está investigando, se declaró el viernes por la tarde y según la última actualización del servicio de bomberos de California, que data de las 23.14 hora local de ese mismo día, para entonces todavía no estaba bajo control.
“Se está moviendo rápido, evacúe por su propia seguridad”, apuntó en Twitter este sábado de madrugada el Cuerpo de Respuesta Digital ante Desastres (CEDR, por sus siglas en inglés), que precisó que hay refugios abiertos en dos escuelas de primaria en Mariposa.
En uno de ellos, el de la escuela Mariposa, la Cruz Roja señaló también en esa red social que ha proporcionado ayuda a unas 30 personas.
A menos de 16 kilómetros al este de ese incendio, el declarado el pasado 7 de julio y bautizado como Washburn ha afectado ya a unas 2.000 hectáreas y está controlado en un 75 %, según datos de este viernes por la noche difundidos por el parque de Yosemite.
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El Servicio Forestal estadounidense consiguió alejar esas llamas de las icónicas secuoyas de Yosemite, pero el fuego se extendió hacia el este hasta acercarse a otro parque protegido, el Sierra National Forest.
Los motivos de ese primer fuego siguen bajo investigación, aunque las autoridades locales apuntaron a mediados de mes a un probable origen humano, ya que ese día no hubo relámpagos.
Esas llamas comenzaron en el interior del área protegida de Yosemite. Es uno de los parques nacionales más populares de EE.UU., un paraje natural que entre sus atracciones cuenta con el monolito El Capitán y el bosque Mariposa, donde algunos árboles, con edades de hasta 2.000 años, alcanzan alturas de casi 80 metros.
EFE