A finales de mayo, Suiza anunció que más de 600 000 dosis de la vacuna Moderna habían caducado y que programó su destrucción.
Son solamente un botón de muestra del número total de vacunas ordenadas por Suiza que jamás se utilizaron. A partir de datos públicos de la Agencia de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF), SWI swissinfo.ch estima que Suiza tendría un excedente de unos 38 millones de dosis sin utilizar hasta el momento de esta publicación, algunas de ellas serán desechadas al cumplirse el término de caducidad
El Gobierno dice que recibió 21 millones de dosis en 2020 y 2021. Casi 16 millones han sido administradas a la población. Las autoridades también han dicho que tienen 34 millones de dosis disponibles para lo que resta de 2022. Y se han donado 19 millones.
Esto implica que se han comprado alrededor de 73 millones de dosis para una población de 8,7 millones de habitantes.
La discrepancia entre las cifras de UNICEF y los datos oficiales de Suiza se debe, posiblemente, a cambios menores en los pedidos y en las entregas, dicen expertos de UNICEF.
A más de dos años del estallido de la pandemia, como muchos países ricos, Suiza está inundada de vacunas contra la COVID-19 no utilizadas y no ha anunciado aún lo que hará con ellas. De los 38 millones de dosis disponibles, no es claro cuántas deberán desecharse, cuántas sí serán utilizadas en Suiza y cuántas más serán objeto de donación. El reciente repunte de los contagios no ha llevado a la gente a vacunarse más, confirman las estadísticas oficiales.
Este exceso de inventario de vacunas contra la COVID-19 no es exclusivo de Suiza y obliga a los países desarrollados a cuestionarse sobre la razón por la cual adquirieron tantas dosis sin una planificación adecuada, y acerca de lo que podrían haber hecho para evitar los desperdicios. La oenegé suiza Public Eye estima que el Gobierno suizo pagó entre 60 y 150 millones de francos suizos por sus dosis en exceso. El cálculo se basa en contratos similares de otros países de la Unión Europea.
¿Por qué tantas vacunas?
Los países ricos ordenaron sus vacunas COVID-19 firmando Acuerdos de Compra Anticipada (APA) con los proveedores. Son ofertas que se utilizan típicamente en situaciones de emergencia médica. El comprador se compromete, por adelantado, a adquirir vacunas o productos médicos que aún no se han desarrollado, incluso si ya no son necesarios cuando estén disponibles.
Los APA han permitido a países como Suiza adaptarse a las necesidades de su población y a la evolución del virus, garantizando que la demanda de vacunas siempre será satisfecha. Si bien esto ofreció flexibilidad, también llevó a muchos países a comprar más dosis de las que realmente necesitaban.
El problema en Suiza ilustra un fenómeno global: los países desarrollados ordenaron en exceso y acapararon vacunas tan pronto estuvieron disponibles, mientras los países más pobres tuvieron que esperar hasta que hubiera más dosis en el mercado. Un informe reciente del British Medical Journal refiere que la UE ordenó 4 200 millones de dosis a ocho fabricantes. Una cifra suficiente para vacunar nueve veces a su población.
difícil evaluar las necesidades exactas de la población.
El número de dosis que utilizarían dependía de factores cambiantes y que evolucionan con el tiempo, y que pueden ser tan impredecibles como la aceptación de la vacuna, o la peligrosidad con la que el virus es percibido por la gente en cada momento.
“Esta estrategia de adquisición garantiza que Suiza siempre tenga acceso a la última variante de vacuna disponible con cada fabricante respectivo”, dijo el Gobierno en febrero al defender su estrategia de adquisición.
Para dimensionar mejor el alcance del problema es importante distinguir las vacunas adquiridas (ordenadas) de las que realmente entregadas. “Esto significa que hay dosis adquiridas que aún no han sido entregadas al país. Por lo tanto, algunas pueden ser donadas antes de que lleguen a Suiza”, expresó a SWI un portavoz del Gobierno suizo.
Pero la falta de transparencia detrás de la toma de decisiones es tan inquietante como el desperdicio de las dosis. Se sabe poco sobre los términos del contrato negociado por Suiza con los fabricantes.
El Gobierno no pudo confirmar si se pagaron todas las vacunas adquiridas o si se cancelaron algunos pedidos. Y se niega a hacer comentarios sobre las estimaciones del gasto que publicó Public Eye.
Por EFE.