En comparación con factores como la educación o la ocupación, la fertilidad aún no ha recibido mucha atención científica como un predictor potencial de la cognición en la vejez. Sin embargo, un equipo de investigadores dirigido por la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia descubrió ahora que tener tres o más hijos tiene un marcado efecto negativo en la cognición de la vejez, al acelerar el deterioro cognitivo relacionado con la edad de los padres debido a factores incluyendo dificultades financieras y aumento del estrés.
Los resultados de la investigación, publicada en la revista Demography, indicaron además que este efecto fue más fuerte en el norte de Europa, donde una mayor fertilidad disminuye los recursos financieros pero no mejora los recursos sociales en esta región. “Comprender los factores que contribuyen a una cognición óptima en la vejez es esencial para garantizar un envejecimiento exitoso a nivel individual y social, particularmente en Europa, donde el tamaño de las familias se ha reducido y las poblaciones envejecen rápidamente”, dijo Vegard Skirbekk, profesor de población y salud familiar en Columbia Mailman School.
“Para las personas, la salud cognitiva en la vejez es esencial para mantener la independencia y ser socialmente activos y productivos en la vejez. Para las sociedades, garantizar la salud cognitiva de la población de mayor edad es esencial para prolongar la vida laboral y reducir los costos de atención médica y las necesidades de atención”, sostuvo por su parte Eric Bonsang, profesor de economía en la Université Paris Dauphine-PSL.
Los investigadores analizaron datos de la Encuesta de Salud, Envejecimiento y Jubilación en Europa (SHARE, por sus siglas en inglés) para examinar hasta qué punto tener tres o más hijos versus dos hijos afecta causalmente la cognición en la vejez. SHARE encuesta muestras representativas de las poblaciones mayores en 20 países europeos e Israel, incluidos Austria, Bélgica, Croacia, República Checa, Dinamarca, Estonia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, Portugal, Eslovenia, España , Suecia y Suiza. Los participantes tenían 65 años o más y tenían al menos dos hijos biológicos.
Con base en métodos econométricos avanzados capaces de desentrañar la causalidad de las asociaciones simples, la evidencia sugiere que tener tres o más hijos versus dos está relacionado con una peor cognición en la vejez. También encontraron que este efecto es similar tanto para hombres como para mujeres.
La fertilidad puede afectar la cognición en la vejez a través de varias vías. Primero, tener un hijo adicional a menudo genera costos financieros considerables, reduce los ingresos familiares y aumenta la probabilidad de caer por debajo del umbral de la pobreza, lo que reduce el nivel de vida de todos los miembros de la familia y posiblemente cause preocupaciones e incertidumbres financieras, lo que podría contribuir al deterioro cognitivo.
En segundo lugar, tener un hijo adicional está causalmente relacionado con una menor participación de las mujeres en el mercado laboral, menos horas trabajadas y menores ingresos. A su vez, la participación en la fuerza laboral, en comparación con la jubilación, afecta positivamente el funcionamiento cognitivo entre hombres y mujeres.
En tercer lugar, tener hijos disminuye el riesgo de aislamiento social entre las personas mayores, que es un factor de riesgo clave para el deterioro cognitivo y la demencia, y a menudo aumenta el nivel de interacción y apoyo social, lo que puede proteger contra el deterioro cognitivo en edades más avanzadas.
Finalmente, tener hijos puede ser estresante, afectar los comportamientos de riesgo para la salud y afectar negativamente el desarrollo cognitivo de los adultos. Los padres con más hijos pueden experimentar más estrés, tener menos tiempo para relajarse e invertir en actividades de ocio cognitivamente estimulantes. Esto puede implicar la privación del sueño para los padres.
“El efecto negativo de tener tres o más hijos sobre el funcionamiento cognitivo no es despreciable, equivale a 6,2 años de envejecimiento”, apuntó Bonsang. Sugiere que la disminución en la proporción de europeos que tienen tres o más hijos puede tener implicaciones positivas para la salud cognitiva de la población de mayor edad.
“Dada la magnitud del efecto, los estudios futuros sobre la cognición en la vejez también deberían examinar la fertilidad como un pronosticador junto con los predictores más comúnmente investigados, como la educación, las experiencias ocupacionales, el ejercicio físico y la salud mental y física”, observó Skirbekk. “Además, los estudios futuros deben abordar los efectos potenciales de la falta de hijos o de tener un hijo en la cognición de la vejez. También necesitamos más información sobre los tipos de interacciones, apoyos y conflictos que ocurren entre padres e hijos, que pueden influir en los resultados cognitivos”, concluyó.
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