Una nueva tormenta de arena azota Irak, tiñendo de ocre su capital, Bagdad. Los residentes comparten en las redes sociales las imágenes de un fenómeno que se ha vuelto muy recurrente en las últimas semanas, afectando a un país que sufre escasez de lluvias, desertificación y una terrible sequía provocada por el cambio climático, advierten medios iraquíes.
Un día antes, las autoridades iraquíes emitieron una alerta por tormenta para la tarde del domingo. En el marco de la advertencia gubernamental, se cancelaron los vuelos desde todos los aeropuertos y se declaró un día festivo a escala nacional.
Según el Ministerio de Transporte del país, la visibilidad ha disminuido hasta por debajo de los 100 metros. Además, se recomienda a la población y, sobre todo, a los pacientes con problemas pulmonares, que permanezcan en casa y no viajen en las próximas 48 horas.
Por su parte, el Ministerio de Educación anunció que las clases escolares se suspendían por un día.