Durante una carrera de 22 años, el dominicano Albert Pujols, futuro miembro del Salón de la Fama, había hecho básicamente todo lo que podía hacerse dentro de un terreno de béisbol. Hasta que se subió a la lomita del Busch Stadium la noche del domingo.
Como lo están leyendo: durante la victoria 15-6 de los Cardenales sobre los Gigantes, el veterano slugger lanzó una entrada, algo que jamás había hecho en 2,987 encuentros de por vida en las Grandes Ligas.
Con los Cardenales arriba en la pizarra 15-2 comenzando la novena entrada, el manager de San Luis, el también dominicano Oliver Mármol, le entregó la pelota a Pujols para que cerrara el juego. Cosa que logró… pero no sin antes permitir cuatro carreras y tres hits, para una efectividad vitalicia de 36.00. El hombre de los 681 jonrones permitió dos bambinazos, además. Bueno, ahora al menos sabe cómo se siente.
Fue tal el ambiente en el estadio al ver a Pujols lanzando, que hasta los jugadores de los Gigantes disfrutaron de lo ocurrido a pesar de la paliza que estaban recibiendo. ¿Un ejemplo? Evan Longoria le conectó un hit al dominicano y enseguida pidió la pelota.