Tiene escamas con colores que le permiten camuflarse con la arena y no ser identificada por otros seres vivos. La forma de su cabeza le posibilita que pueda sumergirse rápido y desplazarse dentro de la arena como si estuviera nadando. Cuando se siente en peligro, usa un truco de defensa: se desprende de su cola. Pero lo puede utilizar una sola vez. Cuando la cola vuelve a crecer, pierde la capacidad de separarse del resto del cuerpo. Así es la lagartija de las dunas o de los médanos, un animal único que vive en playas de las provincias de Buenos Aires y Río Negro, en la Argentina, pero que se encuentra dentro de las especies de reptiles del planeta que están en peligro de extinción.
La lagartija de las dunas está amenazada por el interés comercial del avance inmobiliario sobre las playas y alrededores. Cada vez tiene menos espacio para habitar, y es uno de los factores que los científicos advierten que están poniendo peligro también a otras especies de reptiles, como las tortugas, las serpientes, los cocodrilos, en el planeta.
Tras más de 15 años de estudios, más de 50 investigadores de la Argentina, Brasil, Japón, Estados Unidos, Ecuador, Chile, Francia, Reino Unido y Sudáfrica, China, Senegal, Australia, Israel, Venezuela, Emiratos Árabes, Cuba, Nueva Zelanda, y Alemania publicaron en la revista Nature la primera evaluación exhaustiva del riesgo de extinción de los reptiles de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza. Revelaron que al menos el 21% de todas las especies de reptiles del mundo están amenazadas de extinción.
Analizaron el estado de conservación de 10.196 especies de reptiles en comparación con mamíferos, aves y anfibios. Incluyeron también a las tuataras, que son el único miembro vivo de un linaje que evolucionó en el periodo Triásico hace aproximadamente más de 200 millones de años.
El informe señala que los reptiles están proporcionalmente menos amenazados que los mamíferos o los anfibios, aunque más que las aves. Se identificó que el 30% de los reptiles que viven en los bosques están en peligro de extinción, en comparación con el 14% de los reptiles de los hábitats áridos.
Ya están identificados los 9 tipos de amenazas para los reptiles en América Latina, dijo uno de los coautores del trabajo publicado en Nature, Luciano Javier Avila, del Grupo Herpetología Patagónica del Instituto Patagónico para el Estudio de los Ecosistemas Continentales (IPEEC-CONICET), en Puerto Madryn, Argentina, describió cómo los reptiles son impactados por diversas decisiones de los seres humanos directa o indirectamente.
1- Reconversión del ambiente para uso agrícola, forestal y ferrocarril
“La principal amenaza para la mayoría de las especies es la destrucción de los ambientes naturales para su reconversión para el uso agrícola, con la desaparición de una multitud de ambientes importantes para la fauna nativa. Esta conversión lleva a la introducción en el ambiente de cantidades increíbles de agrotóxicos que afectan todas las cadenas de alimentación y terminan provocando la disminución o directamente la desaparición de muchas especies”, señaló el doctor Avila.
La deforestación está ocurriendo en el Amazonas en Sudamérica, y en general en todas las selvas tropicales. “La mayoría de las serpientes con algún grado de amenaza en la Argentina están en la provincia Misiones, donde hay deforestación para dar paso a bosques de pinos exóticos”, subrayó.
En América Central y el sur de México, la deforestación también impacta. “A pesar de las advertencias de muchos científicos y ambientalistas, en México se llevan adelante proyectos del tipo faraónico, como el Tren Maya, que van a provocar incalculables daños a lo largo de todo el trayecto. Muchas especies de reptiles sin duda van a ser afectadas”, dijo Avila.
2- Destrucción de ambientes áridos y semiáridos
Los médanos de la zona de Cafayate, en la provincia de Salta, Argentina, son ambientes muy vulnerables “que están desapareciendo por su deforestación o por la destrucción directa para el uso de la tierra en viñedos. Allí por ejemplo, la lagartija de la arena calchaquí, que llamamos Liolaemus scapularis, es una especie de distribución limitada que puede estar desapareciendo”.
Otras especies genealogicamente muy relacionadas, como Liolaemus rabinoi, también está en problemas “porque la actividad recreativa sin control amenaza los pocos médanos en los que habita cerca de la localidad de El Nihuil, en Mendoza. Liolaemus cuyumhue y Liolaemus calliston, en Neuquén, se encuentran muy amenazadas por el boom de la explotación de gas y petroleo en la zona de Vaca Muerta.
3- Avance de la urbanización
En zonas de la provincia de Buenos Aires, Córdoba o Mendoza y en otros grandes núcleos urbanos de América Latina, la urbanización es un problema importante para los reptiles. “En la provincia de Buenos Aires, y en menor medida en Rio Negro, la estrecha franja de médanos costeros está siendo muy afectada por emprendimientos inmobiliarios y allí la lagartija de las dunas, cuyo nombre científico es Liolaemus multimaculatus, que está siendo lamentablemente erradicada de muchas zonas”, afirmó.
4- La captura para la venta como mascotas
Muchas de las especies de reptiles, como las iguanas, son capturadas para su venta como mascotas en el hogar. “El problema del mascotismo afecta más a las tortugas y ha aumentado notablemente en los últimos treinta años”, expresó. El mascotismo afecta principalmente a la tortuga terrestre argentina Chelonoidis chilensis.
5- Invasión de especies exóticas
Como resultado de viajes, comercios, turismo y otras actividades humanas, se producen -a veces adrede y otras veces sin intención- la introducción de especies de otras regiones del mundo en lugares donde no habitaban. Esas especies pueden volverse plagas al invadir territorios y alterar la dinámica poblacional de las especies nativas.
“En el caso del lagarto de cobre de Ventana (conocida como Pristidactylus casuhatiensis) es una especie endémica de la Sierra de la Ventana, provincia de Buenos Aires. A pesar de estar dentro de un área natural protegida, enfrenta problemas por el avance de las especies introducidas, desde pinos que crecen por todos lados a caballos que se reproducen sin control, que quizá disminuyen la calidad del hábitat”, dijo Avila.
6- Impacto del cambio climático
El aumento de temperatura a nivel global -que es el resultado de la emisión de gases contaminantes a la atmósfera, entre otras causas- hace que el período de actividad de los reptiles se reduzca. Se hipotetiza que las altas temperaturas en los ambientes áridos y semiáridos reducirán tanto el período de actividad que los animales no van a poder reproducirse, explicó Avila. Hay varios estudios en curso.
Los matuastos en Chile o lagartos cola piche en Argentina son lagartijas del género Phymaturus, grandes, herbívoras y limitadas a ambientes rocosos de alta montaña o estepa patagónica. Pueden ser muy afectadas por el aumento de las temperaturas.
“Como los reptiles no pueden termorregular eficientemente (a diferencia de los mamíferos y las aves), el impacto del cambio climático puede ser más letal. No solo por acción directa asociada al aumento de temperaturas, sino también por pérdida de hábitats nativos y el aumento del nivel del mar. Al haber menos playas, afectaría también a la lagartija de las dunas”, según Federico Kacoliris, investigador en biología de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata y el Conicet.
7- Construcción de represas
En Brasil, la construcción de represas hidroeléctricas es una de las amenazas principales para muchos reptiles. La Amazonía brasileña alberga 17 especies de tortugas, que habitan desde canales de ríos principales hasta bosques de várzea y lagos.
8- Minería y pesca a gran escala
En Chile, la megamineria metalífera a cielo abierto, y los accidentes que ocurren en esos lugares muy a menudo destruyen muchos rios y arroyos, en cuyos márgenes generalmente hay poblaciones importantes de reptiles. Eso también pasa en algunas zonas desérticas de México. “Las tortugas marinas también reciben una fuerte presión, particularmente en el Golfo de México, no solo por la recolección de sus huevos, sino también por la explotación petrolera y sus eternos accidentes, las artes de pesca, donde quedan muchos animales atrapados”, agregó Avila.
9- El uso de vehículos 4×4
El tipo de transporte y la regulación también puede afectar a los reptiles. “Lo que pesa en el caso de la lagartija de las dunas es la disponibilidad de hábitat. Las dunas costeras bonaerenses representan aproximadamente el 80% del hábitat disponible para es especie. Este hábitat está siendo degradado, fragmentado y destruido desde hace casi 100 años, en relación al crecimiento desregularizado pasado y actual de ciudades turísticas costeras. A eso se le suma la falta de regulación de vehículos 4X4 que destruyen los pastizales costeros, la plantación de pinos exóticos en pastizales”, dijo el biólogo Kacoliris.
Al leer el estudio publicado en Nature, Claudio Bertonatti, asesor científico de la Fundación Azara, investigador adscrito de la Universidad Maimónides y profesor de la Cátedra de UNESCO de Turismo Cultural, opinó que el trabajo “actualiza y ratifica la cantidad de especies amenazadas de animales del mundo, y advierte que las áreas con mayor biodiversidad o concentración de endemismos también tienen el mayor número de anfibios, reptiles, aves y mamíferos en peligro”. Además, el experto dijo : “Cuando revisan las amenazas, vemos que la de mayor mortalidad es la destrucción de los hábitats naturales. Y cuando revisan las causas que provocan esa destrucción, se observa que la responsabilidad mayor recae sobre las malas prácticas agrícolas, la deforestación, la expansión de las fronteras urbanas, las invasiones biológicas y la sobrepesca y caza furtiva”.
Están los datos sobre los riesgos de perder especies de reptiles y se saben cuáles son las amenazas en América Latina. ¿Qué acciones faltan para al menos desacelerar esos procesos? “La primera medida es crear nuevas áreas protegidas. Los investigadores que publicaron en la revista Nature han llamado la atención sobre una situación mundial que se puede evidenciar en la Argentina: los reptiles, en particular, son inusualmente diversos en las regiones áridas. Y con un rasgo de enorme importancia: con muchas especies endémicas, exclusivas, de nuestro territorio nacional. Justamente, esas regiones áridas han sido bastante desatendidas entre las prioridades de conservación, porque se ha puesto más foco en las selvas, los bosques y los humedales”.
Actualmente, 85 países se han unido a la Coalición de Alta Ambición por la Naturaleza y las Personas, una iniciativa intergubernamental lanzada por Costa Rica para que al menos el 30% de la superficie de cada país sea declarado como área natural protegida para el año 2030. De la región ya se unieron Chile, Colombia y Perú y muchos otros países.
Para Bertonatti, “es importante que la Argentina se sume a la iniciativa global -conocida como 30×30- Ese porcentaje no es caprichoso fue sugerido como el mínimo necesario para frenar la extinción masiva de especies. Y lo propusieron especialistas reconocidos mundialmente, respaldados por una abrumadora evidencia científica, incluyendo los últimos informes de los paneles intergubernamentales sobre cambio climático y diversidad biológica”.
