El tema de las pacas y su prohibición vuelve a la palestra pública. En esta ocasión, el análisis de laboratorio de tres prendas de vestir revelaron que las ropas de pacas registran elevados niveles de contaminación que van desde hongos hasta heces fecales humanas.
Para conocer las condiciones sanitarias de la ropa de paca que ingresa al país, el programa Nuria Investigación Periodística, envió a un laboratorio tres muestras (ropa de bebé, una camisa de hombre y brasier) para analizarlas, arrojando preocupantes datos contaminantes.
La ropa de bebé fue la que registró los mayores niveles de contaminación con una alta presencia de hongos y bacterias coliformes, lo que evidencia que esa prenda estuvo en contacto con heces fecales humanas.
En cuanto a la camisa de hombre y un brasier, también registraron ligeros y moderados niveles de bacteria coliformes, lo que podría implicar, según los bionalistas consultados, que una mujer desarrolle una infección en los senos denominada mastitis.
En las prendas también fueron encontrados considerables niveles de pseudomona, lo que significa que la tela pronto se romperá debido a que estuvo en contacto con agua sucia. Esta bacteria puede causar infecciones de la piel como foliculitis, que es la inflamación de los folículos donde salen los vellos corporales.
Otras bacterias halladas fueron enterobacter, la cual está asociada a las heces fecales de ratones y cucarachas y krepisells, una bacteria muy peligrosa de origen fecal humano que puede producir infecciones mortales en los pulmones.
Son numerosos los riesgos de enfermedades que traen las pacas que ingresan al país y es evidente que no se cumplen con las inspecciones sanitarias establecidas en la Ley.
Los especialistas recomiendan lavar las prendas para disminuir el riesgo de contraer enfermedades, pero no solo las de segunda mano, también las nuevas.
La doctora Donna Chevalier, dermatóloga sostiene que toda la ropa que pasa de mano a mano, porque es un textil, además que se hace un proceso de transporte, también a toda ropa le echan químicos ya sea para evitar plagas o por el mismo transporte.
Ante todos estos aspectos de esta problemática que involucra al negocio de pacas y afecta tanto la salud como la economía, surge la interrogante ¿Cuál sería la solución? derogar la ambigua y poco específica ley 458-73 o adaptarla a los nuevos tiempos.
Esta ropa entra por Aduanas, muchas de estas entran a través de las zonas francas para ser reclasificadas y en lugar de ser mandadas de nuevo a otros países se quedan en el país, además de que tiendas de pacas dicen tener RNC, pagar impuestos y tener una empleomanía formal que paga en la Tesorería del Seguro Social (TSS).
Los industriales piden que la ley se cumpla debido a que es una competencia desleal por múltiples motivos entre los que destacaron que en muchas de las pacas se filtra una cantidad de ropa nueva que paga impuestos como si fueran usada. Siguen renuentes a la actualización de la ley e insisten en exigir su cumplimiento.
La palabra “paca” proviene del inglés “package” y se refiere a la forma en que la ropa es vendida en paquetes prensados en los que se amontonan grandes cantidades de prendas.
Las tres categorías en que se dividen las pacas de acuerdo al estatus de la ropa son Premium, usada y reciclada.
En la actualidad, cientos de empresas en los grandes países se dedican a la exportación de ropa usada o “pacas” como son conocidas popularmente, muchas de las cuales son donadas por organizaciones y personas de Estados Unidos, Puerto Rico y España y terminan en países en vías de desarrollo, como el nuestro, para fines de comercialización.
Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, el comercio mundial de ropa de segunda mano ha promediado alrededor de 3,500 millones de dólares en los últimos cinco años.
República Dominicana no ha escapado a este fenómeno aunque la Ley 458-73 prohíbe la importación de ropas usadas “puestas en desuso por clínicas, hospitales y sanatorios o de procedencia indeterminada”. La especificación de “procedencia indeterminada” es la que da un carácter de ambigüedad a este marco legal, pues pudiera interpretarse de que si la procedencia es determinada, la importación de ropa usada estaría permitida. Pero, por otra parte, lo de procedencia indeterminada ha generado asidero para que se exija la prohibición total de la venta de ropa de segunda mano, posición que es favorecida por los industriales textiles.
Mientras este marco legal de 1973 se ha interpretado todo este tiempo como que prohíbe terminantemente la comercialización de ropa usada, posteriormente se han creado otras leyes como la 8-90 de Zonas Francas que, según los industriales, ha sido usada por empresas que se escudan en ese régimen para vender enormes cantidades de pacas de manera irregular en el país cuando solo están autorizadas a reclasificar esa ropa usada.
De acuerdo a ADITEX, la industria textil genera más de 12,500 millones de pesos al año por concepto de impuesto sobre la renta, equivalente a un 3% de los ingresos totales del país y constituye una de las principales fuentes de empleo formal, lo que se ve amenazado por la falta de regulación del negocio de las pacas.
De acuerdo a datos de Aduanas de agosto de 2020, las 4 empresas que lideran las importaciones de ropa usada son Worldwide Clothing en San Pedro de Macorís, DM Group en Pedernales; G y V Rags en San Cristóbal y Triple AAA en La Vega, las cuales suplen a tiendas diseminadas en todo el territorio nacional y estas a su vez suplen a personas de escasos recursos que han incursionado en el negocio de las ropas usadas desde sus casas para subsistir. Por este motivo es que el tema también debe ser abordado desde el punto de vista social.
La venta de ropa de paca se ha popularizado tanto que ha dejado de ser exclusiva de los sectores de escasos recursos.