Un tribunal argentino condenó el viernes al obispo Gustavo Zanchetta a cuatro años y seis meses de prisión por abuso sexual y ordenó su inmediata detención, lo que supone un fuerte golpe para el papa Francisco, con quien mantenía una relación muy cercana.
La condena fue informada en la cuenta de Twitter del Ministerio Fiscal de la provincia norteña de Salta, donde el religioso ejerció ente 2013 y 2017 como obispo de la ciudad de Orán, situada a 1.600 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
La sentencia impartida por la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán fue por “abuso sexual continuado agravado” de dos exseminaristas. Luego de escuchar el veredicto, y con el rostro cubierto por una mascarilla por la pandemia de coronavirus, el obispo fue sacado del lugar en un automóvil. No se informó si irá a una dependencia policial o a un penal.
No hubo comentarios inmediatos del Vaticano sobre la condena, que no había sido informada por los medios de la Santa Sede en las horas posteriores a su anuncio.
Zanchetta viajó procedente de Roma para enfrentar el proceso que comenzó el 21 de febrero y su condena impacta en la credibilidad de Francisco, quien inicialmente rechazó las acusaciones en su contra y en 2017 le ofreció un trabajo en el Vaticano para sacarlo de Argentina.
Francisco dijo en una entrevista a la cadena Televisa de México en 2019 que Zanchetta “se defendió bien” cuando se enfrentó a las primeras denuncias de que tenía imágenes obscenas en su teléfono celular.
Al respecto, el papa señaló que “la defensa de él es que se lo habían jaqueado, y se defendió bien, entonces frente a lo obvio y una buena defensa queda la duda, pero, ‘In dubio pro reo’ (en caso de duda, a favor del acusado)”.
Francisco justificó además la decisión de nombrar asesor a Zanchetta en una de las oficinas vaticanas más sensibles, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (A.P.S.A.) que administra las inversiones y los activos del Vaticano, al señalar que el prelado recibía terapia psicológica en España una vez al mes, durante la cual se había determinado que “tenía capacidad de diagnóstico de gestión”, y que no tenía sentido que regresara a Argentina. Zanchetta ya no cumplía funciones en la APSA.
El pontífice, quien ha manifestado que hay que caer con todo el peso de la ley y no proteger a los pedófilos, también afirmó que no se quedó “quieto” con este caso y que en diciembre de 2018 decidió emprender “la investigación previa de las acusaciones que había” y una vez que fue terminada observó “que era necesario hacer un juicio” canónico para lo cual dio paso a la Congregación de la Doctrina de la Fe.
Carlos Lombardi, quien integró la Red de Sobrevivientes de Abusos Sexuales Eclesiásticos en Argentina y sigue representando a víctimas de esos hechos, dijo a The Associated Press que esta sentencia “representa un golpe fuerte para Bergoglio (el papa) por la defensa pública que ha hecho de este sujeto… no tienen ya argumentos para proteger a estos delincuentes con sotana”.
El papa también ha sido cuestionado por víctimas de su país por no haber recibido a los jóvenes que fueron abusados por el sacerdote argentino Julio César Grassi, cuya condena a prisión fue ratificada por la Corte Suprema, y por no haber retirado al religioso su estado sacerdotal.
Durante el proceso a Zanchetta los fiscales dijeron que éste incurrió en “manipulación espiritual” y “abuso de conciencia” y resaltaron la situación de vulnerabilidad de los exseminaristas, cuyas identidades no se han dado a conocer. El religioso negó las acusaciones y sostuvo que era víctima de una “venganza” de sacerdotes de Orán con los que mantenía diferencias.
En 2016 cinco curas de esa localidad elevaron una acusación contra su entonces superior ante la Nunciatura en la que lo señalaban de autoritarismo, desmanejos económicos y abusos sexuales que habrían sucedido en el seminario San Juan XXIII.
Francisco ordenó la apertura del juicio canónico -del que no se conocen aún los resultados- y afirmó que nada se sabía de las denuncias por supuestos delitos económicos o abusos sexuales cuando Zanchetta fue designado en el Vaticano en 2017 luego de renunciar abruptamente al Obispado de Orán.
Pero el sacerdote Juan José Manzano, uno de los que elevó informes sobre el comportamiento del obispo, dijo a AP en una entrevista a principios de enero de 2019 que el Vaticano tenía información del comportamiento sexual inapropiado desde 2015, incluyendo fotografías en las que aparecía desnudo.
Durante el juicio, Manzano declaró que mientras se desempeñaba como obispo Zanchetta tendía a “abrazar por largo tiempo” y recordó una situación en que “monseñor” estaba con algunos jóvenes y lo notó “muy cargoso con uno de los chicos”.
El escándalo tomó trascendencia pública a principios de 2019 con un informe del diario El Tribuno de Salta. La justica local inició entonces una investigación de oficio.
La periodista de AP Nicole Winfield colaboró en esta nota desde Roma.
Fuente: Infobae