Los hogares estadounidenses esperaban en enero, y por primera vez desde octubre de 2020, una desaceleración de la inflación en un año, según un sondeo de la Reserva Federal de Nueva York publicado el lunes.
“Las expectativas promedio de inflación a un año cayeron al 5,8% en enero, contra el 6,0% de diciembre”, indicó la sucursal neoyorquina de la Fed, en la encuesta mensual sobre las expectativas de los consumidores, realizada a escala nacional.
“Se trata de la primera baja en las expectativas de inflación a corto plazo desde octubre de 2020”, precisó la Fed en un comunicado.
A mediano plazo, el optimismo es aun mayor, con la baja más alta registrada desde que se empezó a realizar este sondeo en 2013.
“Las expectativas promedio de la inflación a tres años disminuyeron un 0,5% para quedar a 3,5%”, precisó la Fed en su comunicado, precisando que esta baja concierne a “todos los grupos de edad, de educación y de ingresos”.
Sin embargo, las expectativas de inflación a corto y mediano plazo “siguen elevadas con respecto a los niveles de antes del covid-19”.
La inflación en Estados Unidos alcanzó el 7,5% a enero, su ritmo más rápido en casi 40 años, según el índice de precios al consumidor publicado el jueves por el departamento de Trabajo.
La Fed, que no había anticipado un alza de precios tan alta y pensaba que el fenómeno inflacionario no duraría, comenzaría a subir los tipos de interés para disminuir la inflación a partir de su próxima reunión a mediados de marzo.
El presidente de la sucursal de la Fed de Saint Louis, James Bullard, indicó el lunes que la credibilidad de la institución está en juego.
Bullard juzgó necesario subir las tasas de interés en 100 puntos básicos (1%) de aquí al primero de julio, lo que implica superar el rango de 0 a 0,25% en el que se encuentran desde marzo de 2020, a un rango de entre 1 a 1,25%.
Sin embargo, las opiniones divergen en el interior del comité de política monetaria, y muchos otros responsables se han declarado contra un endurecimiento tan fuerte.
AFP
