Largas filas y escasez de combustibles se registran en las estaciones de combustibles de Dajabón y otros pueblos fronterizos, atribuido al fomento de comercio ilegal hacia Haití.
La crisis de combustible se asemeja a la producida en el país durante el Gobierno de Joaquín Balaguer, en el año 1990.
Las dificultades afloran con los trabajadores, que tienen que dedicar parte de su tiempo haciendo una larga en las estaciones de expendio.
La espera es por horas y las estaciones han tenido que ser militarizadas para evitar desórdenes.
Los motoristas son los más perjudicados y tienen que apagar sus motos para conservar el poco combustible, pues pueden agotarlo solo haciendo la fila.
Este ciudadano atribuyó la situación al trasiego de combustible hacia Haití.
Los militares del Ejercito República Dominicana y del Cuerpo Especializad de Seguridad Fronteriza Terrestre, han impedido la venta de carburante en galones para evitar el contrabando hacia Haití.
ESCASEZ DE 1990. En los primeros meses del 1990, el racionamiento de los combustibles forzados por la Guerra en Golfo Pérsico, los aumentos desproporcionados en el precio de la gasolina de RD$6.00 a RD$11.00 y las alzas de los artículos de primera necesidad, se convirtieron en el detonante de la complicada situación que además tenía agregada la crisis de legitimidad política por las cuestionadas elecciones “ganadas” por Joaquín Balaguer.
Las dificultades económicas llevaron a Balaguer a anunciar en julio nuevos incrementos en el costo de la gasolina, esta vez de RD$11.00 a RD$20.00, lo que agudizó la situación e impulsó un incremento de los llamados a huelgas de los sindicatos y organizaciones populares, lo que creaba mayor inestabilidad política.
Esto obligó a que el entonces residente Balaguer a propiciar con el apoyo de la Iglesia Católica y el sector empresarial, el llamado “Pacto de la Solidaridad Económica”.