La tormenta tropical Sam continúa fortaleciéndose en aguas abiertas del Atlántico con pronóstico de convertirse en huracán, aunque de momento no ofrece peligro para zona costera alguna, informó este jueves el Centro Nacional de Huracanes (NHC).
A las 21.00 GMT, la tormenta presentaba vientos máximos sostenidos de 60 millas por hora (95 km/h) y se espera todavía más fortalecimiento mientras se desplaza hacia el oeste, a 16 millas por hora (26 km/h), hasta llegar a convertirse el viernes en un huracán.
Hacia el fin de semana, mientras se ubique en el centro de la cuenca atlántica, podría ser un huracán mayor, es decir de categoría 3,4 o 5 en la escala Saffir Simpson, según las proyecciones del centro meteorológico, con sede en Miami (Florida).
Ubicado unas 1.635 millas (2.635 km.) al este-sureste de las Islas de Sotavento (Caribe), Sam no supone por el momento una amenaza para zonas costeras ni se han emitido alertas o advertencias a causa de este ciclón.
Por otra parte, un sistema de baja presión no tropical con fuerza de vendaval, que se encuentra poco más de 600 millas (965 km) al oeste-noroeste de las islas Azores más occidentales, podría fortalecerse y convertirse en ciclón, advirtió el NHC.
Este sistema, que se moverá hacia el sur sobre aguas ligeramente más cálidas, tiene un 60 % de probabilidades de escalar a tormenta subtropical o tropical en las próximas 48 horas.
En lo que va de este año se han formado seis huracanes en la cuenca atlántica, Elsa, Grace, Henri, Ida, Larry y Nicholas, de los cuales Grace, Ida y Larry alcanzaron la categoría mayor (3 o más en la escala Saffir-Simpson, que mide la fuerza de los vientos).
El último de ellos, Nicholas, tocó tierra en el este de la península de Matagorda, en Texas (EE.UU.), pero rápidamente se debilitó a tormenta tropical no sin descargar antes fuertes lluvias en ese estado, Luisiana y otras partes del sur de EE.UU.