¿Te imaginas todo el tiempo que le tomaría a la mente empezar siempre de cero al momento de tomar una decisión o encontrar una solución? Para solucionar ello, funciona a través de modelos mentales, que son como herramientas que sirven para evaluar una situación y tomar una decisión al respecto.
Según Greca y Moreira (2001), un modelo mental es una construcción interna formada por un conjunto de leyes, pautas y secuencias lógicas que se emplean para interpretar la realidad. De modo que todos los usamos y tienen una finalidad práctica.
¿Cómo se construye un modelo mental?
Los modelos mentales se construyen a través de múltiples componentes:
- Pensamientos.
- Experiencias previas.
- Supuestos.
- Valores.
- Creencias.
A priori, esto ya nos indica que cada persona o grupo tiene sus propios modelos mentales. Esto es posible comprobarlo a través de un sencillo ejemplo: si le pedimos a diferentes personas que dibujen un árbol o una casa, seguramente los resultados sean distintos. Se debe a que su percepción sobre dichos objetos es diferente, por lo que los modelos mentales también lo serán.
Mientras que quizás una de esas persona se imagina el limonero del patio de la casa de su abuela y lo asocia a la infancia, quizás para la otra se trate de los pinos de un paisaje de montaña, recordando un viaje que hizo una vez. Además de las experiencias personales, hay influencia de la sociedad, la cultura y el contexto al que pertenecemos.
¿Cómo usamos los modelos mentales?
Los modelos mentales son patrones de pensamiento y de sentimientos que se nutren de experiencias anteriores y sirven como orientación. Nos ayudan a interpretar una situación, a darle sentido a la realidad, a tomar decisiones.
El hecho de que sean patrones significa que son repitentes, por lo que es importante adaptar ese modelo mental de talla única según la situación o interrogante que se nos presenta. Apelar siempre al mismo lugar común de modelo mental puede llevarnos a un punto de ceguera.
Por otro lado, debemos pensar siempre a los modelos mentales en interacción. Es decir, no son herméticos, sino que así como sirven para influenciar, también son influenciados por el contexto. De manera constante, la mente conecta la nueva información con aquella que ya tiene.
¿Cómo realizar cambios desde los modelos mentales?
Los modelos mentales tienen la enorme ventaja de permitir la economía de pensamiento. Es decir, nos llevan a apelar a nuestras propias construcciones y conocimientos previos, facilitando la acción.
Sin embargo, esto también puede implicar una desventaja: siempre estamos basándonos en lo mismo. Por eso es bueno considerar que es necesario renovar nuestros modelos mentales, enriquecerlos y continuar construyéndolos.
Para ello, algunas de las recomendaciones son las siguientes:
- En primer lugar, ser conscientes de las ventajas que nos aportan los modelos mentales, pero también de sus limitaciones. Esto quiere decir que siempre debemos saber que nos pueden estar faltando elementos para analizar un escenario.
- Frente al punto anterior, es bueno animarse a hace preguntas incómodas, poniendo en jaque los caminos habituales de los pensamientos, a través del pensamiento alternativo.
- Es conveniente tener en claro el modo en que pensamos y aceptar que es una de las tantas posibilidades. Nadie es dueño de la verdad absoluta.
- Una herramienta muy útil para encontrar diferentes puntos de vista a una situación es la lluvia de ideas.
- Siempre es bueno preguntarse qué pierdo y qué gano.
Ejemplos de modelos mentales
En todas las áreas de la vida aplicamos modelos mentales, así como también en diferentes ámbitos, desde personales hasta laborales y organizacionales. Por eso, como herramientas para uso práctico se crearon diferentes propuestas.
Una de ellas tiene que ver con el modelo 80/20. Se trata de que, al buscar una solución, se tenga en cuenta en un 80 % el camino y las recomendaciones de siempre. Mientras que se espera que el 20 % restante permita poner en juego la creatividad, el pensamiento alternativo y visualizar otras salidas poco habituales. Este es un modelo que se emplea mucho en los ámbitos laborales.
Otro ejemplo es el árbol de decisiones o los mapas conceptuales. Frente a una situación determinada, dibujar las ramificaciones acerca de los posibles escenarios o consecuencias es de utilidad. Esto nos permitirá contemplar aspectos que quizás no habíamos imaginado.
Mientras mayor sea la diversidad, mejor
Como comentamos al principio, los modelos mentales funcionan como atajos al momento de dar una respuesta. Por eso, es importante que tratemos siempre de nutrirnos de distintas fuentes de información, de tener experiencias, de acercarnos a otras opiniones.
De esta manera, nuestros modelos mentales van a construirse sobre sobre múltiples voces. Luego será más fácil incorporar diferentes lecturas o puntos de vista sobre una situación. No hay que olvidar que los modelos mentales son versiones simplificadas y manejables, a las que hay que agregar información especifica y matices.
Por último, es importante tener presente que los modelos mentales son construcciones. Esto significa que pueden cambiar. Por el bienestar, es importante apostar por modelos mentales que sean más funcionales para la vida.