La convención encargada de redactar la nueva Constitución de Chile denunció este lunes ante la Fiscalía al constituyente Rodrigo Rojas, un líder de las protestas de 2019 que el sábado confesó haber fingido tener cáncer.
Según detalla el texto acusatorio, Rojas habría mentido en la declaración de intereses y patrimonio que se exige a los constituyentes al haber afirmado tener una deuda de 27 millones de pesos (sobre 35.000 dólares) por el financiamiento de un tratamiento contra el cáncer.
“Hemos tomado conocimiento a través de los medios que el señor Rojas ha afirmado no tener cáncer y que, por tanto, la declaración referida no sería fidedigna”, indica la denuncia.
Horas antes, desde la convención aseguraron que analizarán el tema en los próximos días, aunque el futuro político de Rojas es incierto puesto que la renuncia de un convencional no está contemplada en los reglamentos, excepto en caso de enfermedad grave, según señalan los expertos.
“Aquí no va a haber defensas corporativas (…) No es buena idea que entre pares exista la posibilidad de que nos destituyamos, pero sí debe haber una salida institucional”, dijo el vicepresidente de la convención, Jaime Bassa.
Rojas, que el domingo renunció a su cargo en la mesa directiva del órgano, se popularizó en las manifestaciones sociales que comenzaron en 2019 como un ciudadano anónimo que afirmaba tener cáncer y reivindicaba una mejor sanidad pública.
Sin pelo ni cejas y con el pecho al descubierto, su frágil imagen se viralizó rápidamente por las redes sociales y en alguna marcha llegó a aparecer incluso con catéteres en el cuerpo.
El sábado confesó no padecer esta enfermedad, sobre la que articuló su discurso para dar el salto a la política después de meses en las calles y sobre la que además escribió un blog, pero agregó que padece otra patología sobre la que existe un “gran estigma” social.
Se trata de la última polémica que salpica a la Lista del Pueblo (del que Rojas fue fundador), un grupo heterogéneo de independientes que emergió de las protestas y cuyo éxito en las constituyentes del pasado mayo, en las que fueron la tercera fuerza más votada, se interpretó como un rechazo a los partidos tradicionales.
La mentira desató críticas feroces en redes sociales y cada vez son más los constituyentes y figuras políticas que exigen la salida de Rojas de la convención.
Este órgano, formado en gran parte por ciudadanos independientes y de tendencia progresista, comenzó en julio a redactar la nueva Constitución chilena como la vía política para amainar la crisis social en la que estaba sumida el país, la más grave en sus 31 años de democracia.
EFE