Los talibanes volvieron a postergar este sábado la presentación de su gobierno, cuya composición podría dar pistas sobre cómo serán los próximos años en Afganistán, donde el nuevo régimen sigue haciendo frente a un reducto de resistencia en el valle del Panjshir.
Han pasado casi tres semanas desde que los talibanes retomaron el poder, pero dos fuentes del movimiento islamista dijeron que el esperado anuncio del nuevo gobierno tampoco llegaría este sábado.
Un retraso que podría explicarse por la situación en el Panjshir, uno de los últimos focos de oposición armada al nuevo régimen. Ese valle, un viejo bastión antitalibán, está enclavado a unos 80 kilómetros al norte de la capital y es de difícil acceso.
Desde el lunes, cuando las últimas tropas estadounidenses dejaron el país, es escenario de combates entre los talibanes y el Frente Nacional de Resistencia (FNR).
En tanto, en Kabul, el viernes por la noche resonaron ráfagas de disparos que celebraban la victoria del movimiento islamista en el Panjshir, después de que cundieran rumores de que la victoria talibana estaba cantada. Sin embargo, los talibanes no han realizado ningún anuncio oficial al respecto y un habitante del Panjshir afirmó que esos anuncios eran falsos.
“La resistencia continúa”
Según los servicios de emergencias de la capital, dos personas perdieron la vida y otras veinte resultaron heridas por esos disparos de júbilo, que llevaron al portavoz jefe de los talibanes, Zabihullah Mujahid, a pedir a sus simpatizantes, en Twitter, que dejaran de “disparar al aire” y que “en lugar de ello, (dieran) gracias a Dios”.
Refugiado en el valle del Panshir, el ex vicepresidente Amrullah Saleh afirmó que se estaba dando una “situación muy difícil”, en un mensaje de video difundido el viernes por la noche, en el que aseguraba que la “resistencia continuaba y continuaría”.
Según Ahmad Massoud, hijo del comandante Ahmed Shah Massoud, asesinado en 2001 por Al Qaeda, y que dirige la resistencia en el valle, los talibanes han “elegido el camino de la guerra”.
Desde su regreso al poder, al término de una ofensiva relámpago que sorprendió al gobierno y a la comunidad internacional, los talibanes han intentado dar una imagen de moderación con varios gestos de apertura.
Así, prometieron un gobierno “inclusivo” y en las últimas semanas multiplicaron sus contactos con personalidades afganas opuestas a ellos.
Varios países reiteraron el viernes que juzgarían al nuevo régimen por sus actos. El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que espera que los talibanes se comporten de forma “civilizada” mientras que China les instó a “romper” definitivamente con los grupos “terroristas”.
Por Infobae