Ganímedes, el satélite más grande de Júpiter, tiene vapor de agua en su atmósfera, resultado del escape térmico del vapor de agua de su superficie helada, según las primeras evidencias halladas por el telescopio espacial Hubble.
El noveno objeto más grande del Sistema Solar puede contener más agua que todos los océanos de la Tierra, según investigaciones previas, pero las temperaturas son tan frías que en la superficie se congela y el océano se encuentra a unos 160 kilómetros por debajo de la corteza, por tanto, el vapor de agua no representaría la evaporación de este.
Donde hay agua podría haber vida tal y como la conocemos e identificarla en otros mundos “es crucial” en la búsqueda de planetas habitables más allá de la Tierra. Ahora, por primera vez, se han encontrado pruebas de una atmósfera de agua sublimada (el paso directo de estado sólido a gaseoso).
Los astrónomos han vuelto a examinar observaciones realizadas por el Hubble durante las dos últimas décadas para encontrar esas evidencias de vapor de agua, señala la Nasa en un comunicado.
En 1998, el espectrógrafo de imágenes del telescopio espacial tomó las primeras imágenes ultravioletas del satélite, que revelaron cintas coloridas de gas electrificado, llamadas bandas aurorales, y proporcionaron una prueba más de que Ganímedes tiene un campo magnético permanente aunque débil.
Las similitudes entre las dos observaciones ultravioletas se explicaron por la presencia de oxígeno molecular, O2 y las diferencias se atribuyeron, en aquel momento, a la presencia de oxígeno atómico, O, que produce una señal que afecta más a un color ultravioleta que al otro.
Un equipo del Instituto Real de Tecnología de Estocolmo, dirigido por Lorez Roth, realizó diversos estudios como apoyo a la misión Juno de la Nasa, centrada en el estudio de Júpiter.
El objetivo era capturar espectros ultravioletas de Ganímedes con el instrumento Espectrógrafo de Orígenes Cósmicos (COS) del Hubble para medir la cantidad de oxígeno atómico y hacer un análisis combinado de esos datos con otros archivo procedentes también del telescopio espacial.
En contraste con las interpretaciones originales de los datos de 1998, el equipo descubrió que apenas había oxígeno atómico en la atmósfera de Ganímedes, por lo que tenía que haber otra explicación para las aparentes diferencias entre las imágenes de las auroras.
La explicación residía en la distribución relativa de las auroras en las dos imágenes, según descubrió el equipo. La temperatura de la superficie varía fuertemente a lo largo del día, y hacia el mediodía, cerca del ecuador, puede ser lo suficientemente cálida como para que la superficie helada libere algunas pequeñas cantidades de moléculas de agua.
De hecho, las diferencias percibidas entre las imágenes ultravioletas están directamente relacionadas con el lugar donde se esperaría que hubiera agua en la atmósfera de la luna, indicó la Agencia Espacial Europea (ESA) en una nota.
En un principio, solo se había observado el O2, que se produce cuando las partículas cargadas erosionan la superficie del hielo. “El vapor de agua que hemos medido ahora se origina en la sublimación del hielo causada por el escape térmico del vapor de agua de las regiones heladas cálidas”, explicó Roth.
Estos resultados preceden a la misión Júpiter ICy moon Explore (JUICE) de la ESA, cuyo lanzamiento está previsto para el año que viene y que llegará a Júpiter en 2029.
JUICE pasará, al menos, tres años haciendo observaciones detalladas de Júpiter y de tres de sus lunas más grandes, con especial énfasis en Ganímedes como cuerpo planetario y potencial mundo habitable.
“Nuestros resultados pueden proporcionar a los instrumentos de JUICE una valiosa información que puede utilizarse para perfeccionar sus planes de observación con el fin de optimizar el uso de la nave espacial”, añadió Roth.
EFE