Desde hace años, sin respetar gobiernos ni inversiones millonarias, algunas carreteras del país se han mantenido en la lista de las vías que más esfuerzo le ha costado al Estado debido a su marcado deterioro.
En el caso de la carretera Piedra Blanca-Maimón-Coutí, el Gobierno anunció este viernes una inversión de 630 millones de pesos para su reconstrucción, a pesar de que en gestiones pasadas han luchado por mantener en buenas condiciones dicha vía, debido a los constantes embates de las lluvias y la crecida del río Maimón.
El propio ministro de Obras Públicas, Asención Deligne, admitió que la problemática ha persistido por años, al considerar su importancia, calificándola como una de las principales vías de comunicación del país.
Otra de las arterias viales que preocupan a la ciudadanía es la de Casabito Constanza, donde, a pesar de que el presidente Luis Abinader estuvo hace dos meses en la zona, para la que anunció inversiones superiores a los 300 millones de pesos, persiste el marcado deterioro, no sólo por el paso de camiones, sino también por las lluvias que van desplazando gran parte del asfalto.
Precisamente hace dos meses, también, se produjo derrumbes en un tramo de dicha carretera a causa de un temblor de tierra registrado en Piedra Blanca de Bonao. En ese sentido, el Ministerio de Obras Pública y Comunicaciones emitió varias alertas por los deslizamientos de tierras y la caída de terrones, lo que representa un peligro para las personas que transitan por la vía pero además afecta el turismo y el trasiego de importantes productos agrícolas.
En Manoguayabo, Santo Domingo Oeste, sus moradores están al grito por la condición de su principal carretera, que conecta con Hato Nuevo, otro de los sectores que se han visto afectados por años, a pesar de que por allí han pasado varios alcaldes que se han quedado sólo en promesas.
El polvo es el denominador común que se mezcla con los interminables tapones desde el famoso cruce de Manoguayabo hasta pasar la sede de Operaciones Especiales. Pero a eso se suma las constantes lluvias que empeoran la condición de dicha vía.
Otra de las carreteras del país con la misma problemática desde hace años es la que une a la provincia de Baní con Azua, lugar que se apodera de los titulares en temporada ciclónica por el puente Boquerón, el cual se ve afectado por la crecida del río de Ocoa.