Crisis económica, política, sanitaria y social: Los retos de Ariel Henry a la sombra del magnicidio - N Digital
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Crisis económica, política, sanitaria y social: Los retos de Ariel Henry a la sombra del magnicidio

Por Javier Herrera. Más de 100 años han pasado desde aquel magnicidio del 1915 en Haití, cuando un grupo de rebeldes le quitó la vida al entonces presidente de esa nación,  Vilbrun Guillaume Sam, a quien, luego de matarlo, cortaron su cuerpo en varios pedazos.

El contexto que han vivido los haitianos desde esa época hasta este año 2021 no ha mejorado mucho, debido a que la marca de la pobreza, la crisis política, social, económica y sanitaria estancan un futuro esperanzador para la vecina nación. Y como si fuera poco, se quedan sin su jefe de Estado desde el pasado 7 de julio con el sorpresivo asesinato de Jovenel Moïse, dejando una estela de confusión con al menos cuatro versiones sobre las razones de su muerte, en momentos en que las pandillas toman fuerza como poderosas estructuras criminales.

Ese es el panorama al que se enfrenta el nuevo primer ministro, Ariel Henry, que asume el control de Haití con un llamado a la unidad “para frenar la carrera hacia el abismo” y con miras a buscar elecciones presidenciales que logren “estabilizar” ese país (al menos políticamente).

Fuente: AP (Archivo).

En ese sentido, presentamos los principales temas con los que debe lidiar Henry, en momentos que no sale de la ecuación una comunidad internacional expectante, no sólo por cómo él maniobrará como nuevo capitán del barco, sino por saber, además, quiénes son los responsables de la muerte de Moïse.

Crisis económica

De acuerdo a varios informes y estudios internacionales, incluyendo uno de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el denominador común de la crisis económica de Haití ha sido la debilidad institucional, y resalta que las razones “tienen raíces profundas”.

“La resolución 1542 del Consejo de Seguridad de la ONU del año 2004 creó formalmente la Misión de las Naciones Unidas de Estabilización en Haití (Minustah), que inició sus actividades el 1 de junio. Sin embargo, continúa vigente la inquietud que se puede apreciar en el informe del secretario general de las Naciones Unidas al Consejo de Seguridad (16 de abril de 2004) donde señalaba: “(…) Nuestra tarea no será fácil. La situación parece más difícil que hace un decenio”. “(…)Para lograr una paz social sostenible, la reconciliación nacional, instituciones democráticas duraderas y el desarrollo a largo plazo, será indispensable que la comunidad internacional apoye de forma sostenida y a largo plazo los esfuerzos de Haití a todos los niveles. Al hacerlo, deberá asegurarse de que los dirigentes haitianos participen plenamente en el diseño de la asistencia y asuman responsabilidad por su aplicación”, inicia la Cepal con un informe sobre los antecedentes económicos y sociales de Haití.

De acuerdo a los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), los bloqueos de carreteras y la violencia por parte de pandillas llevaron a que el Producto Interno Bruto (PIB) cayera 1,7%. Dicho organismo precisa que para este año 2021 la economía haitiana crecerá sólo un 1%.

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Para una nación de unos 11 millones de habitantes, la Cepal registra que, con una inflación haitiana de un 25%, seis de cada 10 personas en Haití viven con al menos dos dólares por día, datos pocos alentadores, tomando en cuenta que en la actualidad no se cuenta con una fuerte institucionalidad, sumado a la grave crisis de combustibles, por lo que la República Dominicana tuvo que abrir la frontera luego del asesinato de Moïse para dar paso a unos seis tanqueros cargados con gasolina.

Crisis política

Tomando en cuenta que Haití tiene apenas tres semanas desde que acribillaron a Moïse, tres líderes que discutían el mando de esa nación: Joseph Lambert, Claude Joseph y Ariel Henry (aunque hoy parece haber una posible salida a la crisis con el mando de Henry como primer ministro), partidos políticos de oposición que casi figuran como entelequias y con un Senado con sólo 10 congresistas, el panorama se agrava en momentos que todavía no se sabe quién o quiénes son los autores del magnicidio.

Esto es lo que creen algunos expertos en el tema, los cuales entienden que, precisamente, es la crisis política lo que desencadenó que alguien movido por sus intereses ordena quitarle la vida a jefe de Estado, en un país que ha vivido crisis política desde su fundación, “con sucesiones de dictaduras, intercaladas con algunos cambios democráticos”, afirma la experta en materia internacional, Fernanda Hernández Orozco.

Crisis sanitaria

Previo a la pandemia, el famoso terremoto de Haití, con fecha de 12 de enero del año 2010, esa nación fue sumida en una de las mayores crisis sanitarias del continente: El siniestro destruyó al menos ocho hospitales y establecimientos de atención de salud en la capital, Puerto Príncipe y los alrededores.

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De acuerdo a informes de prensa, el impacto del terremoto a la salud haitiana todavía no se conoce con precisión. Naciones Unidas calcula que 18.000 personas están desplazadas, acogidas por familiares o en lugares mal adaptados como escuelas o iglesias, en un país donde hace varios días llegó el primer lote de vacunas contra el coronavirus.

A esto se suma la insalubridad, el hacinamiento junto a los casi nulos controles de calidad para los alimentos, el manejo de los mercados y la falta de educación de sus ciudadanos.

 

 

Sin embargo, pese a las demás enfermedades que ya existían en Haití, como el (nuevo brote) de cólera, al día de hoy, en esa nación sólo se han registrado 510 muertes por COVID-19, aunque los casos activos superan los 19 mil, otro de los grandes retos para Ariel Henry, sumado a la ejecución efectiva de la jornada de vacunación contra el virus, mientras invierte tiempo desde ya en las investigaciones sobre el magnicidio.

Las pandillas o G-9

El G9 es el nombre de la alianza de las nueve pandillas que lideran las calles de Haití, aunque tienen su epicentro en Puerto Príncipe.

Las pandillas ha representado uno de los principales problemas para las autoridades haitianas, pues son patrocinadoras de asaltos, secuestros, muertes y violencia extrema, desestabilizando así la vida social normal y creando un impacto en la economía y en los ciudadanos que, atemorizados, se han visto obligados a desplazarse hacia otros lugares.

Tan grave es la situación, que se recuerda que una de las primeras versiones sobre los mercenarios capturados por supuestamente participar en el magnicidio del 7 de julio, fue que los más de 20 colombianos serían contratados por el Gobierno para ayudar a la Policía contra las pandillas que ha mantenido de rodillas a las autoridades haitianas.

Fue por ese contexto que en el año 2019 los haitianos se tiraron a las calles en demanda de un nuevo Gobierno, debido a la intensa violencia que había generado al menos 9 homicidios por cada 100 mil habitantes, otro de los grandes retos de Ariel Henry, al menos hasta que lleguen las elecciones presidenciales.

Secuestros

Para los expertos, lo más parecido a Somalia de este lado del mundo es Haití, y no sólo por el estilo de vida, su crisis económica y social, sino por los niveles de inseguridad que desde hace años ha registrado esa nación.

Uno de los temas que siguen latente en medio de las decenas de carencias de Haití son los constantes secuestros.

Según al Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos, con los 27 casos en marzo de este año y los 91 de abril, los secuestros han aumentado un 300% en lo que va de 2021, patrocinados unos 150 grupos armados de la República de Haití.

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De acuerdo a dicha entidad, el monto para el rescate va desde 100 mil hasta 1 millón de dólares, siendo Puerto Príncipe, capital haitiana, la ciudad donde se registra casi la mitad de los casos de secuestro.

Se recuerda en febrero de este año dos hermanos dominicanos fueron secuestrados en Haití cuando regresaban de los trabajos de una producción cinematográfica. Luego fueron liberados.

Otro de los casos que ha llegado a la palestra dominicana fue cuando en abril de este mismo año, seis religiosos de diferentes nacionalidades también fueron secuestrados y luego liberados en Puerto Príncipe.

Ese caso fue lo que llevó a que el entonces primer ministro Joseph Jouthe dimitiera de su cargo en el mismo mes de abril para luego dar paso al que se desempeñaba como canciller, Claude Joseph, el hombre que hoy entregó el mando de Haití a Ariel Henry.

Las promesas de Henry

Este martes, Ariel Henry, prominente neurocirujano en Haití y respetado en la clase política, asumió las riendas de esa nación. De inmediato, condenó el crimen contra Jovenel Moïse y pidió un castigo ejemplar a los implicados en el caso.

“Todos los sospechosos de ser autores materiales o intelectuales deben ser identificados y llevados ante la justicia. Nunca más tendremos que experimentar una tragedia así”, afirmó Henry cuando era investido.

Más tarde, en su cuenta de Twitter, dijo: “La solución a la crisis haitiana debe venir de los haitianos. Todo es negociable, excepto la democracia, las elecciones y el estado de derecho”.

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