La sonda de la Nasa Solar Parker Probe se ha acercado al Sol más que ninguna otra nave espacial, lo que ha permitido a los científicos establecer las primeras mediciones definitivas del campo eléctrico de nuestra estrella.
Un estudio que publica The Astrophysical Journal ofrece no solo esos detalles del campo eléctrico, sino de cómo interactúa con el viento solar, que es un flujo continúo de partículas energéticas emitidas por la corona solar y que puede afectar a las actividades en la Tierra, desde los satélites hasta las telecomunicaciones.
La investigación encabezada por la Universidad de Iowa (EE.UU) analiza la distribución de los electrones para discernir el tamaño, la amplitud y el alcance del campo eléctrico del Sol con mayor claridad que antes.
Los autores han descubierto que el campo eléctrico tiene cierta influencia sobre la aceleración del viento solar, pero menos de lo que se creía hasta ahora.
Aunque el campo eléctrico contribuye a esa aceleración, parece que no es lo más importante. “Esto apunta a otros mecanismos que podrían estar ayudando al viento solar”, explicó el autor principal del estudio, Jas Halekas de la Universidad de Iowa.
Solar Parker Probe fue lanzada en 2018 en dirección al Sol y ha llegado a situarse a solo 0,1 unidades astronómicas, es decir, a algo más de 14 millones de kilómetros.
Halekas dijo que “el punto clave” es que este tipo de mediciones solo se pueden hacer cuando se está lo suficientemente cerca, pues a la distancia a la que se situó la sonda de la Nasa el viento solar sigue acelerando. “Es realmente un entorno impresionante en el que estar”.
El campo eléctrico del Sol surge de la interacción que se genera entre protones y electrones cuando los átomos de hidrógeno se desprenden debido al intenso calor por la fusión en las profundidades del astro.
En este entorno, los electrones, con una masa 1.800 veces menor que la de los protones, salen disparados hacia el exterior, al estar menos limitados por la gravedad que los protones, pero estos, con su carga positiva, logran frenar a algunos electrones.
“Los electrones intentan escapar, pero los protones intentan atraerlos. Y eso es el campo eléctrico”, explicó Halekas.
El físico explicó el campo eléctrico del Sol como si fuera un gran cuenco, donde los electrones serían canicas que ruedan por su interior a diferentes velocidades.
Algunos electrones van lo bastante rápido como para cruzar el borde del cuenco, mientras que otros no aceleran lo suficiente y acaban rodando hacia el fondo.
Halekas indicó que hay un límite de energía entre los protones que escapan del cuenco y los que no lo logran, el cual puede medirse.
Al estar lo suficientemente cerca del Sol, “podemos realizar mediciones precisas de la distribución de los electrones antes de que se produzcan colisiones más lejanas que distorsionen el límite y oscurezcan la huella del campo eléctrico”, agregó.
EFE