Por Mía Espinosa.- Debido a las estrictas medidas restrictivas de horario para las operaciones del comercio, movilidad y expendio de bebidas alcohólicas, impuestas por el Gobierno para frenar el rebrote del Coronavirus en el Gran Santo Domingo, los centros de diversión y la población deciden arriesgarse diariamente en fiestas clandestinas denominadas “Privity”, para seguir el “Teteo”, fuera de los horarios del toque de queda.
Bares y discotecas a puertas cerradas, luces bajas y cortinas corridas, continúan la venta de bebidas alcohólicas y las actividades al interior de los locales.
La población, en su mayoría joven, es la que se arriesga a continuar la fiesta, violando no solo el toque de queda, sino también las medidas sanitarias de prevención del Covid-19.
Sin embargo, estos encuentros, son bruscamente finalizados cuando llegan los agentes, “Se acabó el teteo, vamos saliendo o aquí tan to’ preso”, es la frase con la que un encargado de un dispositivo policial irrumpe junto a sus subalternos en un famoso local nocturno de esta ciudad.
En otros casos, sin mediar palabras, la unidad entra a los bares e inicia el “corre corre”, agentes apresando personas, mientras otros salen despavoridos intentando zafársele a las autoridades.
Las redes sociales han sido testigos de cómo ocurren estas intervenciones y de cómo, los fiesteros, salen por las puertas traseras, se suben a los techos y hasta se convierten en bailadores de Pole Dance y aspirantes al personaje Ethan Hunt, de la película Misión Imposible, al usar postes de luz y tubos para deslizarse hacia la calle o saltar desde los techos de casas y apartamentos.
Son decenas de personas las que resultan apresadas, regularmente los fines de semana, cuando son atrapados “in flagranti”, en estas fiestas clandestinas.
INTELIGENCIA POLICIAL VS INTELIGENCIA EN DISCOTECAS
Según informaciones ofrecidas a N digital, por una fuente a la que se le omite su identidad, los bares y discotecas de los populosos barrios de Santo Domingo, utilizan un dispositivo de inteligencia muy parecido a los usados por organismos de investigación para hacer contraparte a las operaciones de la Policía Nacional.
Y es que con radios en mano, estos centros de diversión, despliegan un “equipo de seguridad” que en un perímetro de dos o tres calles, va informando sobre la ruta en la que se movilizan los agentes para inmediatamente estos se acerquen al local, apagar luces y música y así evitar que descubran que se encuentran aun operando.
Ipso facto la unidad de la policía se aleja del lugar, el integrante del “equipo” más cercano al local, da aviso y luz verde para que continúe la fiesta.