Era una mañana fría de Toronto. Una joven aburrida. Un perfil de Instagram sediento de reacciones y comentarios. Un departamento rentado por AirBnb. Marcella Zoia, de 19 años, decidió romper la monotonía arrojando una silla desde el piso 45 muy cerca de una avenida y compartió la grabación en su perfil, lo que hizo que sea citada por la policía y acusada por poner en riesgo la vida de otros.
“Buenos días“, escribió sobre el video, donde se la ve sonriente en el balcón de un piso alto. Tomó la silla y la revoleó al vacío. La cámara sigue la trayectoria sobre una transitada vía y, en los 15 segundos de video, no se llega a ver dónde cayó y el peligro que puede haber causado.
La indignación que causó el video llegó a oídos de la Policía, que la acusó de tres cargos. Las autoridades señalaron que pudo haber matado a un peatón o causar un serio accidente de tránsito sobre Gardiner Expressway, una de las calles más concurridas de la ciudad.
La joven se entregó a la policía y las autoridades la liberaron tras fijar una fianza de 2.000 dólares canadienses (unos USD 1.500) y con un pedido del juez de no salir de noche ni estar en pisos altos.
“¿Por qué lo hiciste?“, preguntaron una y otra vez los periodistas a la joven cuando se presentó ante los tribunales. La sonrisa no abandonó su rostro, complacida con el revuelo causado, aunque su abogado evitó que declare a los medios.
Aunque nadie resultó herido y la silla cayó sobre la vereda, sin llegar a la pista, la joven será enjuiciada en los próximos meses, por lo que todavía tendrá tiempo para pensar en lo que hizo y, tal vez, aprovechar su nueva fama.