Un tiroteo en un supermercado de Colorado, Estados Unidos, ocurrido la noche del lunes dejó un total de 10 personas muertas, incluyendo un oficial de la Policía, y un sospechoso herido y detenido, informaron las autoridades.
El jefe de la policía de la ciudad de Boulder, Maris Herold, confirmó la cifra de fallecidos durante una conferencia de prensa el lunes por la noche, luchando contra las lágrimas.
Un sospechoso se encuentra herido y bajo custodia, indicó previamente el comandante de la policía de Boulder, Kerry Yamaguchi, tras el incidente registrado en el supermercado King Soopers de esta ciudad ubicada unos 50 kilómetros al noroeste de Denver, la capital de Colorado.
“Hay varias personas muertas en este incidente. Y lamento informar que uno de ellos era un agente de la policía de Boulder”, dijo Yamaguchi.
Antes de divulgarse el reporte policial, tanto el gobernador de Colorado como el alcalde de Boulder hicieron referencia a una “tragedia” al reaccionar por la red social Twitter. “Nuestra comunidad pronto llorará sus pérdidas”, escribió el alcalde Sam Weaver.
Decenas de miembros de las fuerzas del orden rodearon el supermercado media hora después de los primeros tiros. Tenían vehículos blindados que colocaron en la entrada de la tienda. Una media docena de policías fuertemente armados subieron al techo de la tiende con ayuda de un camión de bomberos que desplegó su escalera.
Los agentes acudieron al lugar después de recibir una alerta sobre la presencia de un tirador en el estacionamiento del supermercado, indicó una fuente policial a la cadena ABC.
Una joven afirmó a la cadena Fox 10 haber visto al menos un muerto, trasladado por los equipos de emergencia en una “bolsa mortuoria”.
Imágenes difundidas en directo durante la operación por un testigo presente en el estacionamiento del lugar mostraron al menos una persona, un hombre vestido solo con un pantalón corto deportivo, siendo escoltado por agentes fuera de la tienda, con las manos esposadas en la espalda y lo que parecía una herida leve en la pierna, con manchas de sangre.
Más tarde, los clientes que habían sido conducidos a un lugar seguro fuera de la tienda estaban sentados envueltos en mantas y hablando con los socorristas.
