En los iluminados y vaciados salones del Museo del Louvre, Louis Vuitton presentó este miércoles su colección para el otoño-invierno 2021/2022, donde propuso un viaje en el tiempo, inspirados sus diseños en la antigüedad grecorromana y la música electrónica.
La mujer Vuitton propuesta por su director creativo, el francés Nicolas Ghesquière, viaja en una cápsula de moda para recuperar lo mejor de las esculturas clásicas, con un futurista “look” de gladiador, pero también de la Edad de la Ilustración y sus ideas de progreso.
“Es una historia de conquista -de cuerpo, corazón y mente- en la que la humanidad es protagonista, en toda su elegancia funcional, dominio intelectual y seducción terrenal”, explicó Vuitton en un comunicado.
La colección fue una explosión de texturas y formas voluminosas que crearon una nueva silueta: de triángulo invertido, bien marcada en los hombros con chaquetas amplias y rectas, y estrecha en la parte baja del cuerpo; o más redondeada, con faldas hasta media pierna bombachas y jerséis abombados.
Los chalecos acolchados se llevan por encima de sudaderas de punto, las chaquetas son masculinas y confeccionadas en una combinación de estampados y telas de lana y piel tipo “patchwork”, y unas botas de tacón a media pierna, con apariencia de pantalón, culminan el estilismo.
A la paleta de colores grisáceos, blancos y negros, Ghesquière añadió brochazos fluorescentes de salmón, amarillo, púrpura, verde y azul.
Como se ha visto también en otras marcas durante esta Semana de la Moda de París, que llega a su fin este miércoles tras nueve días de presentaciones en línea, Vuitton recuperó el “look” uniforme de colegio combinando su falda bombacha blanca bordada con una chaqueta de doble botonadura y ajustada en la cintura.
HOMENAJE A DAFT PUNK
Ghesquière hizo un claro homenaje al grupo francés Daft Punk, que conmocionó recientemente a su admiradores al anunciar su separación tras casi 30 años de colaboración, y utilizó el remix con el que el dúo revolucionó el mundo de la música en su intervención en el festival Coachella en 2006.
Entonces, su juego de luces y su reproducción de una pirámide gigantesca, construida con ledes, dejó sin palabras a cerca de 40.000 personas.
Este miércoles, mientras sonaba su “Around the world” o “Harder, better, faster, stronger”, la cámara de Vuitton ponía el plano en la también mítica pirámide del Louvre.
Un entramado de inspiraciones que encaja con el universo futurista y electrónico que Ghesquière ha impuesto en la marca desde su llegada en 2013.
El francés colaboró además para esta colección con la firma italiana Fornasetti, conocida por sus grabados, que reprodujo en bolsos y complementos con esculturas y cabezas de estatuas grecorromanas.
Además, el calzado, con una bota tipo sandalia de gladiadores, las minifaldas tableadas o las chaquetas de plumas, estructuradas como armaduras, recordaron las siluetas de la Antigüedad, como tantas veces se ha visto en las películas Péplum.
La música, el decorado, con las estatuas y objetos antiguas del Louvre coronadas al fondo por la Victoria de Samotracia, y la propia ropa, crearon un singular y logrado contraste que transportó al espectador de este desfile virtual al ambicioso viaje a través del tiempo y la humanidad que Ghesquière quiso emular.
Fuente: EFE