SEÚL (AP) — Cientos de personas rindieron honores el miércoles a una fallecida mujer surcoreana que de niña fue obligada a trabajar en prostíbulos y fue esclava sexual del ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial. Los dolientes exigieron reparaciones a Tokio por las atrocidades cometidas en tiempos bélicos.
Kim Bok-dong era una de las principales líderes de las protestas convocadas cada miércoles en Seúl desde hace casi 30 años para protestar por la esclavitud sexual japonesa. Falleció el lunes en un hospital de la capital de Corea del Sur donde estaba internada debido a que padecía cáncer; tenía 92 años.
En una calle cerca de donde solía estar la embajada de Japón, los manifestantes se reunieron alrededor de la estatua de bronce de una niña que representa a las víctimas de la esclavitud sexual y guardaron un momento de silencio en memoria de Kim. Muchos de ellos sostenían carteles con fotos de ella y mensajes como “Nunca olvidaremos la vida de Kim Bok-dong” y “¡Gobierno japonés, discúlpate!”.
Kim fue una de las primeras víctimas en romper décadas de silencio sobre la esclavitud sexual utilizada por Japón en tiempos de guerra que, según expertos, llevó a prostíbulos a miles de mujeres asiáticas. Kim viajó por el mundo dando testimonio de su experiencia, incluso en paneles de la ONU sobre derechos humanos en 1993 y 2016.
El presidente surcoreano Moon Jae-in, quien visitó un altar montado para Kim en Seúl en un hospital el martes, dijo en un comunicado que la mujer dedicó su vida a “restablecer la dignidad humana” y que su campaña dio a los coreanos “la valentía para enfrentar la verdad”.
De acuerdo con Yoon Meehyang, quien encabeza a un grupo que representa a víctimas surcoreanas de Japón, Kim fue sacada de su casa a los 14 años y obligada a tener relaciones sexuales con militares japoneses en burdeles en China, Hong Kong, Malaysia, Indonesia y Singapur de 1940 a 1945.
Una investigación del gobierno japonés en los años de 1991-1993 concluyó que muchas de las mujeres fueron reclutadas contra su voluntad, lo que obligó a Tokio a emitir una disculpa histórica. Sin embargo, la investigación no halló pruebas oficiales en documentos y los conservadores en Japón han dicho que las mujeres no fueron obligadas. Muchos en Corea del Sur dicen que las disculpas no son suficientes.