El Gobierno de Polonia impuso una prohibición casi total de los abortos, incluida la interrupción de embarazos con defectos fetales, lo que supone un gran golpe para los defensores del derecho a decidir en uno de los países católicos más devotos de Europa.
El anuncio de que el fallo entraría en vigor el miércoles provocó protestas en todo el país. Esto a pesar de la prohibición de reuniones debido a las restricciones por COVID-19.
La sentencia, que fue dictada por el Tribunal Constitucional de Polonia en octubre, establece que los abortos solo pueden permitirse en casos de violación, incesto o cuando la vida de la madre esté en peligro.
El jueves, el Gobierno extendió las restricciones sanitarias dos semanas más, hasta el 14 de febrero.
Se han planificado más manifestaciones contra el fallo para este jueves y viernes en la capital, Varsovia, y en ciudades de todo el país.
Ese anuncio provocó semanas de protestas masivas, algunas de las más grandes que había visto el país desde el movimiento Solidaridad, de la década de 1980, que ayudó a poner fin al régimen comunista, dicen los analistas.
El aborto ha surgido como uno de los temas más divisivos desde que el Partido Ley y Justicia (PiS) asumió el poder, en 2015, prometiendo a los polacos más pobres, mayores y menos educados un regreso a una sociedad tradicional mezclada con políticas generosas de bienestar, informó Reuters.
El veredicto de la corte se publicó en el boletín oficial a última hora del miércoles.
«Este fallo idiota no evitará los abortos», dijo Cezary Jasiński, un estudiante, de 23 años, de pie frente al edificio del Tribunal Constitucional, en el centro de Varsovia.