La dureza extrema de algunos estratos geológicos ralentiza los trabajos de perforación de un túnel vertical que permita llegar hasta la zona de un pozo donde se cree que permanece atrapado un niño español desde hace ocho días, en el sur del país.
La perforadora, que comenzó a trabajar hace dos días, realiza un sobreesfuerzo para vencer la resistencia de las rocas y completar cuanto antes los 60 metros de profundidad del conducto, de los que ya se han excavado 53.
Posteriormente, el túnel será entubado para asegurarlo y unos mineros tendrán que abrir una galería horizontal con medios manuales para acceder al pozo.
“Estamos a una cota tan profunda y en unas condiciones tan difíciles de trabajo, que ésta y cualquier máquina de estas características que hay en el mercado (…) tendrían las mismas condiciones después de tantas horas trabajando y sobre todo con los materiales que nos estamos encontrando”, explicó hoy a la prensa el delegado del Colegio de Ingenieros de Caminos de Málaga, Ángel García.
Además, la maquina ha tenido que parar un tiempo para ser sometida a labores de mantenimiento.
Según los cálculos técnicos iniciales, el túnel llevaría entre 12 y 15 horas de trabajo; y la galería, otras 20, en el mejor de los casos, pues la dureza de las capas encontradas ha desbaratado las previsiones.
Durante toda la noche pasada, según García, continuó la perforación “en unas condiciones de trabajo extremas y con unos materiales de una dureza enorme”.
El niño, llamado Julen, se cayó el domingo 13 de enero por una prospección de agua de 25 centímetros de diámetro y 110 metros de profundidad en una finca privada de la localidad malagueña de Totalán (sur español).
El pozo está obstruido por un tapón de tierra a 71 metros de profundidad, de modo que no se puede acceder directamente a donde se cree que puede estar.
Toda España sigue en tensión esta operación de rescate con la esperanza de que el niño pueda seguir con vida, algo cada vez más difícil según pasan los días y las horas.