Alejandro Navarro, un maestro de una escuela de la ciudad de Del Río (Texas, EE.UU.), no dejó de corregir exámenes y entregar calificaciones incluso estando internado en un hospital, horas antes de morir.
La historia de su fallecimiento fue publicada el pasado 17 de diciembre por su hija Sandra Venegas, y desde entonces sumó más de 150.000 reacciones y comentarios.
Navarro llevó su computadora para poder presentar las notas de sus estudiantes, aunque estaba en la unidad de cuidados intensivos, donde era sometido a análisis médicos por problemas cardíacos. No obstante, hasta el último momento se preocupó por cumplir con sus alumnos.
Rindiendo homenaje a su padre, Venegas subrayó la necesidad de saber valorar la labor de los profesores, que se empeñan tanto en cumplir con sus responsabilidades aún durante la pandemia.
Pero al mismo tiempo, instó a los docentes a que no convirtieran en una costumbre la permanencia en el trabajo hasta tarde, ya que “en el empleo son reemplazables” pero no en sus casas.
Fuente: RT