Un hombre que golpeaba y obligaba a comer sobre el inodoro a las dos hijas de su pareja en la ciudad de Gijón (España) ha logrado eludir la prisión tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía, informa EuropaPress.
El implicado reconoció el delito y tras la audiencia, aceptó dos años de cárcel, pero las autoridades aceptaron la suspensión de la ejecución de la pena, bajo la condición de que el acusado no delinca en los próximos cuatro años. De modo que podrá continuar en libertad.
No obstante, el acusado deberá cumplir con algunas medidas de reparación por maltratar, humillar, menospreciar y someter a situaciones vejatorias las dos niñas, de 10 y 12 años. Entre ellas, el hombre, de 38 años, deberá indemnizar a cada una de las víctimas con 1.000 euros (1.200 dólares).
Además, no podrá acercarse a las niñas durante cuatro años y deberá guardar una distancia mínima de 300 metros, tanto de las menores como de su escuela y domicilio. Tampoco podrá comunicarse con ellas por cualquier medio o procedimiento, ni portar armas durante este período.
Castigos impuestos a las víctimas
Según los informes, las vejaciones ocurrieron entre 2013 y 2016, cuando el hombre convivía con la madre de las víctimas y otra hija en común. En ese entonces, “comenzó a someterlas a una continuada situación de coerción verbal, temor y conminación, con puñetazos en la espalda y bofetadas propinadas con el dorso de la mano en la cara y el tronco”, reza el escrito del fiscal citado por medios locales.
Entre otros castigos impuestos, el sujeto las obligaba a comer sobre el inodoro del baño sin luz o en el suelo, sin cubiertos. Asimismo, las encerraba en un sótano del edificio y las dejaba a oscuras durante horas.
El documento señala que el acusado también sujetaba a las niñas “violentamente del cabello”, las arrastraba por el pasillo y les mordía los brazos. Asimismo, “las obligaba a ducharse con la puerta del baño abierta” para contemplarlas pese a la incomodidad de las menores.
Los reportes agregan que el hombre obligaba a la hermana mayor a desnudarse cuando llegaba a casa “bajo el pretexto de que quería revisar su cuerpo para ver si se había hecho algún tatuaje o si llevaba algún ‘piercing'”.
Entre otros detalles, se reveló que la madre de las niñas desconocía la situación, pues los maltratos ocurrían cuando ella estaba trabajando fuera de casa. Aparentemente, las menores nunca avisaron sobre lo sucedido por temor a las amenazas del sujeto si contaban los hechos.
Fuente: RT