EFE
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó este viernes los asesinatos de periodistas e instó a los gobiernos de México, Honduras, Venezuela, Barbados, Brasil y Colombia a que “cumplan con su responsabilidad de identificar a todos los responsables” y “aplicar las sanciones correspondientes”.
En lo que va de 2020 han sido asesinados en América 18 periodistas, ocho de ellos en México, tres en Honduras, dos en Venezuela, dos en Brasil, uno en Barbados, uno en Colombia y uno en Guatemala.
De esas muertes 14 ocurrieron en el periodo marzo-octubre, que es el que la SIP analizó en su 76 Asamblea General clausurada este viernes, que emitió una resolución especial sobre impunidad de los asesinatos de periodistas.
Bryan Leonel Guerra, presentador de noticias del sistema de cable TL-COM Chiquimula (Guatemala), fue asesinado en febrero, razón por la cual la resolución no menciona al gobierno guatemalteco.
En los dos primeros meses del año cayeron asesinados, además de Guerra, Lourenço “Leo” Veras, en Brasil, y Fidel Ávila Gómez y Álvaro Ruiz, ambos en México.
Además, fueron asesinados este año en México María Elena Ferral, Julio Valdivia Rodríguez, Pablo Morrugares, José Castillo Osuna, Jorge Armenta y Víctor Fernando Álvarez Chávez.
En Honduras los asesinados son Luis Alonso Almendares, Germán Vallecillo Jr. y el camarógrafo Jorge Posas; en Venezuela, Andrés Eloy Nieves Zacarías y Víctor Torres; en Barbados, Christoff Griffith; en Brasil, Leonardo Pinheiro y en Colombia, Abelardo Liz.
La SIP destaca respecto a Colombia que por falta de avances en los procesos penales prescribieron este semestre en Colombia los casos de asesinatos de los periodistas María Elena Salinas, Jhon Jairo Restrepo, Carlos José Restrepo Rocha y Juan Camilo Restrepo Guerra y en los próximos meses pueden prescribir los asesinatos de los periodistas Abad López, Guillermo León y Gustavo Ruiz Cantillo.
“Estos crímenes están dirigidos a intimidar el ejercicio del periodismo libre y, dejarlos en la impunidad o sin resolverlos por completo, ocasionaría un grave perjuicio para toda la sociedad”, subraya la SIP.
La organización con sede en Miami recuerda que el Principio 4 de la Declaración de Chapultepec establece que todos los actos que coartan “severamente” la libertad de expresión y de prensa “deben ser investigados con prontitud y sancionados con severidad”.
El asesinato y la desaparición de periodistas y trabajadores de medios de comunicación constituye una forma extrema de censura y la falta de justicia e impunidad, incentiva otros actos de violencia, conduciendo a la autocensura como mecanismo de defensa y generando un efecto inhibitorio en el ejercicio de la libertad de expresión, dice la SIP.
La organización pide a las autoridades de los países que “cuentan con sistemas de seguridad a que garanticen mecanismos eficientes de protección para los periodistas, que dispongan los recursos económicos y el personal técnico y humano adecuado” que cumplan “con su misión de proteger la vida de los comunicadores”.
“La solidaridad y la denuncia oportuna son los principales antídotos para contrarrestar la violencia y los asesinatos contra periodistas”, concluye.