Desde que se convirtió en una octogenaria hace dos años, Jane Fonda ha descubierto una energía renovada que le ha llevado a volcarse en cuerpo y alma en el activismo contra el cambio climático y a convertirse además en un rostro muy popular entre un público más joven gracias a la serie de Netflix “Grace y Frankie”. Sin embargo, incluso ella tiene un límite y su ocupada agenda ha provocado que dos de sus antiguas pasiones queden relegadas: las compras y el sexo.
Su decisión de renunciar a la primera de estas dos actividades se debe a una cuestión de ética y sostenibilidad, ya que cuenta con ropa suficiente en su armario para seguir vistiéndose en su día a día y en la alfombra roja hasta que muera. La segunda, se debe a una cuestión de tiempo, edad y falta de apetito sexual.
“No tengo tiempo. Además, soy demasiado vieja y ya he practicado suficiente. Ahora mismo no lo necesito, porque estoy demasiado ocupada”, ha confesado a su paso por el programa ‘The Ellen Show’.
“Mi exmarido favorito, Ted Turner, siempre decía: ‘Si esperas demasiado, vuelve a creer’, y creo que tenía razón. No podría volver a mantener relaciones sexuales ni aunque quisiera”, ha añadido en tono de broma para dar a entender que, ha pasado tanto tiempo desde la última vez que se acostó con alguien, que podría considerarse que vuelve a ser virgen.
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