EFE-. Unos 34 millones de empleos se perdieron con el coronavirus en América Latina y el Caribe, y con la reactivación económica pospandemia se amplificarán las desigualdades en la región, advirtió este miércoles la OIT.
Las medidas de confinamiento para contener al coronavirus significaron que “alrededor de 34 millones de trabajadores perdieran su puesto de trabajo en la primera mitad del año” en la región, dijo la OIT.
“Durante los tres primeros trimestres de este año la reducción estimada de las horas trabajadas fue del orden del 20,9%, mientras que los ingresos por trabajo se contrajeron en 19,3%” en la región, casi el doble que en el mundo (11,7% y 10,7%, respectivamente), agregó.
Advirtió que “el sendero de recuperación, que lentamente se está vislumbrando en la región, podría ir acompañado de una amplificación de brechas laborales y de ingresos entre los diferentes grupos de población”.
“Los indicios preliminares de recuperación son una noticia positiva, pero el impacto de la covid-19 en el trabajo y en las empresas fue enorme, y el camino por recorrer es largo”, agregó Pinheiro en la presentación del informe.
El mayor impacto en el empleo se sintió “mayormente” en el segundo trimestre y luego comenzó una paulatina recuperación, según el informe, elaborado con datos de nueve países que representan el 80% del mercado laboral regional: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Perú, Paraguay y Uruguay.
“Estas tendencias exacerban significativamente las brechas de empleo existentes previamente a la pandemia”, agregó.
Además, la OIT advirtió sobre las “crecientes dificultades de conciliar el trabajo remunerado con las responsabilidades familiares en un contexto en donde los servicios educativos y de cuidado se han visto profundamente alterados”.
Como los salarios en América Latina son “relativamente bajos”, quienes perdieron sus empleos no contaban con “recursos financieros previos suficientes para sostener niveles de vida adecuados”.
– Personal de salud –
La OIT señaló también que como las mujeres son mayoría en los “servicios sanitarios y sociales, ellas están desproporcionadamente expuestas a riesgos de contagio y/o a la extensión de las jornadas laborales” por la pandemia.
“En particular, los trabajadores de la salud, muchos de los cuales son mujeres, se ven enfrentados a mayores exigencias profesionales a la vez que las demandas de cuidado familiares se han acrecentado”, destacó.
Otro segmento muy afectado son los jóvenes, cuyo trabajo tenía incidencia elevada en hoteles, comercio, y construcción, “actividades fuertemente afectadas por la pandemia”.