La biopsia de piel es un procedimiento diagnóstico importante que se realiza de manera habitual en la práctica dermatológica. Si bien la técnica es simple, la elección del tipo y el lugar de toma de la muestra es esencial para obtener una porción útil.
A través de la realización de la misma se accede a una visión en primer plano y específica de la situación del tejido. Allí reside su importancia, ya que muchos otros procedimientos diagnósticos son más superficiales y no permiten la intimidad de resultados que sí tiene la biopsia de piel.
¿En qué consiste una biopsia de piel y para qué sirve?
La biopsia de piel está indicada para diagnosticar afecciones dermatológicas y, a veces, para enfermedades sistémicas que tienen manifestaciones cutáneas o de tejidos blandos. Este podría ser el caso de una artritis reumatoidea, por ejemplo.
Además, la precisión del diagnóstico puede mejorarse mediante el uso de la dermatoscopia al seleccionar el sitio de la biopsia. Se aplican técnicas de tinción con inmunohistoquímica e inmunofluorescencia cuando resulta apropiado y se mejora la precisión, según estudios de Anais brasileiros de dermatologia.
Diferentes tipos de biopsia de piel
Existen varios métodos de biopsia de piel y se consideran múltiples factores al elegir la técnica más apropiada para una situación dada. En términos generales, pueden clasificarse como incisionales (solo se toma una muestra de una parte de una lesión) o escisionales (en las que el médico elimina toda la lesión visible).
Biopsia por raspado
En la biopsia de piel por raspado se utiliza un bisturí o una hoja de mano para tomar una muestra del grosor deseado. Este método es mejor para procesos superficiales o para diagnosticar cánceres de piel no melanoma, de acuerdo a estudios realizados por FP Essentials.
Primero se limpia la zona y se anestesia el área. Luego, se estira la piel con la mano no dominante mientras se usa el bisturí para obtener la muestra de tejido.
En sacabocados
La biopsia por sacabocados (punch por su nombre en inglés) es otro método de incisión en el que se utiliza una hoja cilíndrica para obtener una muestra que contiene un grosor más completo de la piel. Dado que proporciona una mayor profundidad, esta variante suele ser la mejor opción para diagnosticar afecciones inflamatorias.
Los punch están disponibles en varios diámetros y los tamaños más utilizados van desde 2 milímetros hasta 6 milímetros. En particular en la cara, se puede elegir uno de los más pequeños. Al realizar esta biopsia, se debe girar el punch mientras se aplica presión en la piel.
Escisional
Este tipo de técnica consiste en eliminar de manera completa y profunda toda la lesión, hasta el plano subcutáneo. La herida se puede cerrar principalmente con suturas. Se prefiere este método cuando se sospecha una neoplasia.
¿Cuál debe ser la preparación y qué posibles riesgos hay en una biopsia de piel?
Antes de realizar el procedimiento, el paciente debe informar al médico si padece las siguientes condiciones:
Se encuentra bajo tratamiento anticoagulante: consume aspirina, warfarina, clopidogrel u otros antiagregantes.
Tiene alguna alteración hemorrágica: una diátesis o el síndrome de Von Willebrand, por ejemplo.
Es inmundeprimido: porque se encuentra en tratamiento con medicación que deprima el sistema inmune o padece una afección crónica en este sentido.
Alergias.
Al margen de ello, la biopsia de piel no conlleva ningún preparativo especial a cargo del paciente. No suele haber contraindicaciones o riesgos posteriores al momento de llevar a cabo este tipo de técnicas. Sin embargo, algunas de las complicaciones que suelen mencionarse son las siguientes:
Sangrado en el sitio de la biopsia.
Hematoma.
Infección de la herida.
Los vendajes compresivos y el hielo pueden minimizar el desarrollo de hemorragias o hematomas. A menudo se necesita una sutura posterior, en particular después de una biopsia por punción mayor de 4 milímetros.
Cuidados posteriores a la biopsia de piel
Este abordaje es ambulatorio, lo que significa que el paciente se retira de inmediato a su hogar. Por ello, se le coloca un vendaje sobre el área, la que puede estar sensible durante unos días después. Es posible que haya una pequeña cantidad de sangrado, no significativa.
El objetivo es mantener el área limpia y seca. Se debe tener cuidado de no golpear o estirar la piel cerca de la zona donde se tomó la muestra, lo que puede causar un sangrado mayor. Si se realizaron puntos de sutura, se quitarán en aproximadamente 7 a 10 días.
¿Cuáles pueden ser los resultados?
El tejido que se extrajo es enviado a un servicio de anatomía patológica y se examina con un microscopio. La mayoría de las veces, los resultados se devuelven en unos pocos días, cuando mucho una semana luego.
Si una lesión cutánea es benigna, es posible que no necesite ningún tratamiento adicional. Si no se extirpó toda la lesión de la piel en el momento de la biopsia, el médico indicará quitarla por completo en una segunda instancia terapéutica.
Algunos de las patologías cutáneas que pueden diagnosticarse con la biopsia de piel son las siguientes:
Carcinoma de células escamosas.
Carcinoma basocelular.
Psoriasis o dermatitis inflamatorias.
Infecciones por hongos o bacterias.
Un procedimiento eficaz y seguro
Debido al bajo riesgo, una biopsia de piel se puede realizar de manera segura y rutinaria en un entorno hospitalario o ambulatorio. No hay mayores complicaciones y la recuperación es inmediata.
Las biopsias de piel se utilizan para ayudar a confirmar un diagnóstico. La intención es caracterizar la naturaleza de un crecimiento o erupción cutánea para contribuir en la evaluación del cuadro clínico. De esta manera, el médico puede contar con más elementos para comenzar el abordaje correcto.
Fuente: Mejor con Salud