Bogotá, EFE.- En la primera audiencia pública de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) sobre el reclutamiento de menores de edad en el conflicto armado colombiano, el exjefe de las FARC y actual senador Julián Gallo reconoció que “ese fenómeno” sí ocurrió, pero como “violaciones a la política de ingreso”.
Gallo, quien fue miembro del Comando Central del Bloque Oriental y es conocido también como “Carlos Antonio Lozada”, dijo en su segunda comparecencia por este caso que solo tuvo conocimiento de las hojas de vida -en las que se consignaban datos como la edad- de su guardia, pero no tuvo acceso a la información de las demás unidades del bloque.
“Es claro que se presentó (el reclutamiento de menores) y al respecto se emitieron circulares y orientaciones tanto por parte del comandante jefe, Manuel Marulanda (alias “Tirofijo”), como por parte de Jorge Briceño (alias “Mono Jojoy”), comandante mayor del Bloque Oriental”, dijo.
Aseguró también que en la guerrilla “se daba instrucción para incidir en todos los sectores y organizaciones sociales, pero no se daba orientación para reclutar a menores de 15 años”, edad que las FARC defiende como válida para ingresar a un grupo armado a las luces del Derecho Internacional Humanitario (DIH).
La declaración de Gallo ocurre casi dos meses después de que miembros del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), surgido de la desmovilización de la guerrilla, manifestaran a finales de julio que quienes se unieron a ese grupo armado siendo menores de edad lo hicieron “de forma voluntaria” y no fueron reclutados forzosamente.
“FALTA GRAVE”
La diligencia de Gallo fue una de las 15 citaciones hechas por la JEP a exjefes de las FARC dentro del “Caso 07” en el que ese tribunal investiga el reclutamiento y utilización de niños en el conflicto armado colombiano.
“Seguramente hubo casos de reclutamiento forzado pero no se puede concluir que fuera algo regular o que se realizara esa práctica por parte de todas las unidades. Donde se presentó fue violando las normas de reclutamiento”, subrayó.
Al ser preguntado por los menores de 15 años que ingresaron a la guerrilla, Gallo respondió que en varias ocasiones reprendieron a quienes violaron la política de ingreso a las filas pero que no tuvo información específica sobre en qué unidades “se presentaba ese fenómeno”.
Aseguró que no recuerda casos específicos de alguien que haya sido sancionado en las FARC por el ingreso de menores, aunque aceptó que “seguramente sí hubo en el transcurso del desarrollo de toda la confrontación, sobre todo en la última etapa, sanciones por malos ingresos”.
También aceptó que la violación de la política de ingreso nunca se consideró como un delito sino como “una falta grave” y que cuando la conducta era documentada en los balances o en las asambleas de la guerrilla “necesariamente se sancionaba” dependiendo de la gravedad del hecho.
GUERRILLA DE JOVENES
Gallo dijo que en su época como guerrillero el promedio de edad las mujeres y hombres armados era de 25 años y que en el grupo había “mucha juventud entre los 15, 17 y 21 años”.
Manifestó también que en las reuniones que hacían las unidades de las FARC con las comunidades civiles no convocaban a los menores de edad porque no había razón para hacerlo.
Sin embargo, sí reconoció que la guerrilla implementó estrategias para que la juventud no cayera en el consumo de sustancias psicoactivas con “actividades de deporte y cultura” y que “se dictaban algunos cursos cuando (estos) decidían ingresar a las milicias”.
ENGAÑOS DE RECLUTAMIENTO
También aceptó que pudo haber casos en los que guerrilleros reclutaran menores con el engaño de que podrían desvincularse del grupo más adelante, aunque “esa mentira se iba a desvirtuar” fácilmente una vez la persona ingresaba a las filas.
“Se enseñaba que la deserción era un delito y al ser un delito se castigaba con un consejo de guerra que no necesariamente tenía que terminar en un fusilamiento”, recalcó.
También dijo que quienes ingresaban a la guerrilla no lo hacían por un “interés económico” sino porque decidían dedicar su vida a la lucha, por lo que a los jóvenes no se les ofrecía dinero a cambio de su ingreso al grupo.
Un total de 16.879 menores de 18 años fueron víctimas de reclutamiento entre 1960 y 2016 por parte de todos los grupos del conflicto armado colombiano, según el informe “La guerra sin edad” del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), publicado en 2018.
Según ese documento, el grupo que más reclutamiento infantil cometió fue las FARC (54 % de los casos), seguido de los paramilitares (27 %) y del Ejército de Liberación Nacional (ELN), al que se le atribuye el 10 %.