Por Infobae.- Bolivia atraviesa el peor momento de la pandemia desde que llegó al país hace casi seis meses. El día en que la nación registró un récord diario de fallecidos por COVID-19, con 102 decesos, el presidente del Colegio Médico, Cleto Cáceres, denunció que 140 galenos perdieron sus vidas por la enfermedad.
“Desde que se inició la pandemia hasta el momento, tenemos 140 médicos que han fallecido”, dijo Cáceres al diario Página Siete; y agregó que, de acuerdo con el registro de la institución que comanda, este número sólo alcanza a la parte médica.
“Esta cifra es sin contar bioquímicos, enfermeras y trabajadores manuales. Con ellos alcanzaría a 400”, afirmó.
El presidente del Colegio Médico boliviano agregó que los fallecimientos de los profesionales se reportaron debido a las carencias que existen en el sistema de salud y porque lucharon contra la enfermedad en medio de la precariedad.
Por su parte, el secretario general del Sindicato de Ramas Médicas de Salud (Sirmes), Fernando Romero, subrayó que la carencia del sistema de salud es visible. “No tenemos infraestructura, no tenemos equipamiento y no tenemos equipos de protección personal. Tampoco tenemos acceso a una atención oportuna”, lamentó.
En tanto, el presidente de la Sociedad Boliviana de Medicina Crítica de Terapia Intensiva, Adrián Ávila, agregó que además de sufrir por la falta de especialistas, muchos de ellos se contagiaron y no hubo reemplazos. Eso generó aún más problemas porque cuesta atender a todos los pacientes.
El nuevo récord diario de muertos de COVID-19 en Bolivia se produjo después de que los últimos días los casos positivos contabilizados en cada jornada hayan bajado a niveles del pasado junio, por debajo de los mil diarios y lejos de los algo más de dos mil que hubo algunos días de julio y de agosto.
Bolivia ha entrado en septiembre en una fase que el Gobierno interino del país denomina “posconfinamiento”, con menos restricciones tras casi seis meses de cuarentena desde marzo.
Algunos expertos consideran que el país se encamina a una meseta de casos, mientras que otros advierten del riesgo de un rebrote de la enfermedad al haber flexibilizado medidas como las que restringían las salidas de casa, aunque siguen prohibidos actos sociales que supongan aglomeraciones de gente.
Estudios como los que elabora la Universidad John Hopkins de Estados Unidos mantienen al país entre los más afectados por la pandemia en el mundo comparado con su población, de unos once millones y medio de habitantes.
Estos estudios muestran que el país es el cuarto del planeta en fallecidos respecto a los casos positivos, con un porcentaje del 4,3 por ciento, y el sexto en número de decesos por cada 100.000 habitantes, con 44,93.