El Ayuntamiento de la ciudad israelí de Tel Aviv se iluminó este miércoles con los colores de la bandera del Líbano, como muestra de solidaridad tras la explosión de ayer en el puerto de Beirut, que causó más de un centenar de muertos y al menos 4.000 heridos.
No es extraño que el edificio de la Alcaldía de Tel Aviv se ilumine con los colores de algún país afectado por una catástrofe o como felicitación por algún logro importante.
En los últimos meses, la fachada del consistorio se tiñó con los colores de las banderas de Italia, España o China, cuando estos países se encontraban en pleno pico de la pandemia de coronavirus.
Esta noche la bandera proyectada en el edificio ubicado frente a la icónica Plaza Rabin fue la del Líbano, un viejo enemigo de Israel con el que no tiene relaciones diplomáticas.
“La humanidad está antes que cualquier conflicto y nuestro corazón está con el pueblo libanés tras este terrible desastre”, afirmó el alcalde de Tel Aviv, Ron Huldaí, en la red social Twitter.
A las 20.00 hora local (17.00 GMT) el edificio se tiñó de rojo y blanco, junto con el verde que simboliza el cedro libanés.
Este gesto no ha gustado a algunos políticos de la derecha israelí, como la extitular de Justicia y diputada del partido Yamina Ayelet Shaked, quien criticó que se haya mostrado la bandera de “un Estado enemigo” en Israel, lo que, en su opinión, es “el mundo al revés”.
También el ministro de Asuntos de Jerusalén, Rafi Peretz, consideró que iluminar el corazón de Tel Aviv con la bandera libanesa es “moralmente cuestionable”.
Anoche, pocas horas después de la explosión en Beirut, varios políticos israelíes expresaron su solidaridad con el país vecino e informaron de que el Gobierno ofreció ayuda médica humanitaria a través de canales diplomáticos internacionales.
Esta mañana hospitales del norte de Israel, cercanos a la frontera con el Líbano, se ofrecieron a tratar a algunos de los miles de heridos por la explosión.
Fuente: EFE